Cristina Mariño Conde

La Citrus australasica, conocida como caviar cítrico, es un arbusto o árbol pequeño del sotobosque de las selvas subtropicales de las tierras bajas en la región fronterizo costera de Queensland y Nueva Gales del Sur (Australia). Los primeros colonizadores no indígenas consumieron el fruto conservando los árboles cuando clarearon para la agricultura. El jugo de la fruta es ácido y similar al de la lima. También se elaboran mermeladas y encurtidos a partir de esta fruta. La piel se puede secar y usar como especia. Su uso comercial comenzó a mediados de 1990 en tiendas de mermeladas. Alrededor del año 2000 se vendía en restaurantes y se exportaba la fruta fresca. Diversas informaciones también la sitúan como Lima Dedo de tipo de piel de café en el valle de Monterrey, Verín. Cristina Mariño no es ácida como la lima, pero sí muy agradable y cariñosa, y como los vinos de esta comarca, las sensaciones envolventes que su presencia produce trasladan sin darse cuenta a las personas que la conocen a su mágico mundo, siempre ubicado en su precioso valle y en el entorno de la emblemática firma de Roberto Verino. Cristina Mariño nació en octubre, cuando la recolección de la uva finaliza y reposa suavemente esperando la fermentación que contribuya a formar ese néctar del Dios Baco que en su sabio consumo nace para alegrar la vida de todos los que tienen el placer y la suerte de conocerla. Después de finalizar sus estudios de derecho Cristina Mariño, siempre bajo la batuta del mítico Roberto Verino decidió afrontar lo que hoy en día la mayoría de las empresas familiares planifican, la sucesión con la suficiente antelación para que, llegado el momento, el fundador o la generación que la esté gestionando pueda llevar a cabo ese cambio generacional de forma ordenada y sin que incida en el normal desarrollo de la organización empresarial, tarea que realiza en compañía de Dora Casal, directora ejecutiva. El cambio en el timón no implicó, sin embargo, que Roberto Verino abandonase el barco, continuó como diseñador principal, pero delegando el resto de funciones. “Igual cuando cumpla 98 me tomo un año sabático. El 90 por ciento de mi familia, tanto materna como paterna, superó los 90 años. Espero llegar yo también”, bromea el modisto. Cristina Mariño.png_web Cristina Mariño es de carácter dulce, cariñosa, sencilla y muy fiel a sus principios, le gusta dormir con un libro en las manos, le encantan los boleros y los calamares rellenos que cocina Pilar su madre, odia las ostras, la prepotencia y la presunción, su lugar predilecto es cerca del mar y en compañía de Francisco su esposo, sus hijos Pablo, Yago y Uxía y su hermano José Manuel con toda la familia. Cristina Mariño me recuerda a Julie &amp; Julia, donde sus protagonistas, Meryl Streep, cuyo personaje es Julia Child, y Amy Adams, que da vida a Julie, consiguen sus sueños tras esfuerzo, fortaleza y mucho amor por su pasión. Dos historias en tiempos diferentes, Julia Child es una chef americana exitosa que se forma en escuelas francesas, se convierte en la primera figura de la cocina americana, apareciendo en programas de televisión. Ambientada en el París de 1950, y encontrándose con los problemas de una época en la que la mujer no tenía tanto acceso al éxito. Y Julie, una joven que vive en el Nueva York de los 2000, que ama la cocina y es fan de las recetas de Julia. Ambas se enfrentan a obstáculos, cada una en su tiempo, y poco a poco los van superando, logrando sus sueños. Una historia deliciosa llena de humor, de superación y descubrimiento, que nos hace ver que los sueños pueden alcanzarse. A Cristina Mariño Conde la conozco desde niña, siempre ha sido mujer de acusada personalidad y dulce trato y sé que de su Armario Emocional solo pueden manar aptitudes que positiven todo lo que se proponga en la continuación del éxito de esta importante firma verinense.