El gobierno municipal despertó este viernes de su largo sueño de la desidia urbanística para anunciar que el Concello acometerá la renovación integral -con 1.100.000 euros- de las áreas de juegos infantiles de la ciudad. Aunque, quizá, sólo sea un episodio de sonambulismo ya que entre el propio personal del Concello surgen contradicciones. Por un lado aseguran que la próxima semana ya se podrá ver por la ciudad circulando una furgoneta con sus respectivos efectivos arreglando parques y, por otro, el propio alcalde dice en su Twitter que la inversión se sacará a concurso el mes de julio.
El ejecutivo anunció una inversión de 1,1 millones de euros para renovar el pavimento, todos los elementos de juego y el mobiliario auxiliar de 19 zonas de la ciudad. Pese a llevar todo el mandato sin realizar apenas acciones visibles, dicen que consideran “unha prioridade” renovar los espacios de ocio.
Además de la hipotética reforma de los 19 parques elegidos, se suman el anuncio de la construcción de un nuevo espacio infantil en el interior de la calle Vázquez Núñez -que costaría 47.927 euros- y la renovación del pavimento flexible del parque Miño, que sumaría otros 6.662 euros al ejecutivo.
TARDE Y EN EL AIRE
Que la ciudad se vaya a convertir o no en un espacio adaptado a la infancia continuará siendo un misterio, pues los usuarios temen que el anuncio municipal se trate de una de las númerosas falsas promesas del regidor. Las asociaciones de vecinos y madres y padres ourensanos llevan años reclamando espacios dignos en la urbe, hasta el punto que ellos mismos han tenido que tomar las riendas de sus barrios para acomodarlos y reducir la decadencia. No son los únicos que ya se habían pronunciado sobre el tema. El BNG de Ourense recriminaba esta semana que el Concello lleva más de un mes sin un vehículo para poder desplazarse y trasladar los equipos de trabajo. Y tras el anuncio, su portavoz, Luis Seara, señala que se posicionaron un paso por delante cuando el jueves “anunciamos que imos presentar unha iniciativa para pedir un plan de acción en todos os parques e xardíns ” y sobre la actuación del regidor la califica “como sempre a remolque e con retraso”. Sobre el momento de actuación, tras años de parasitismo en materia de espacios verdes y de ocio, Seara señala que se explica porque el desgobierno “fai as cousas a remolque do que di a opinión pública”.
La desoladora y veterana realidad de los parques infantiles
La situación de los parques infantiles y las zonas verdes en la ciudad es denigrante. Algunas instalaciones alcanzaron los niveles de putrefacción pero, aún así, como indica Olga Pastor, una madre ourensana, “los niños no pueden dejar de ir al parque”.
No es una situación ajena a ningún barrio, ni tampoco al corazón de la ciudad, como en el parque Barbaña. Es uno de los principales espacios verdes de la urbe y, sin embargo, el vandalismo y el abandono están presentes en cada esquina. Toboganes grafiteados, arena sucia, alambres sin recubrir u objetos de juego a punto de desengancharse obligan a cientos de niños a conformarse y enfrentarse al peligro cada día. Además, tal y como indica otra madre, María Morales: “Hay muchos enjambres sin controlar en los árboles, algo que pone en peligro a todo el mundo que pasa allí la tarde”.
Otro de los “grandes”, el parque Miño, también suspende. La goma del suelo está levantada, formando boquetes por todas partes en el que los más pequeños suelen tropezar. Este problema también está presente en A Carballeira, donde “más de una vez mis hijos se han tropezado y caído”, explica Beatriz Palanca. Es allí donde la asociación Sustinea lleva a cabo su actividad. Pintadas de muros, compostaje doméstico, un pasillo verde para la circulación de insectos…,En definitiva un modelo de ciudad verde lejos del presente que ofrece la ciudad.
