SUCESO | OURENSE

Jácome acosa a un policía hasta forzar un amago de atropello

El líder de DO impedía al agente conducir el coche mientras Telmo Ucha dejaba un pie bajo la rueda

El portavoz de DO, Gonzalo Pérez Jácome, y uno de sus concejales en el Concello de Ourense, Telmo Ucha, arremetieron en la mañana de este jueves contra un policía local, Nemesio Gómez, en ese momento fuera de servicio, para intimidarlo y acosarlo junto al pabellón de Os Remedios. Fue el paso previo a forzar un atropello, colocando Ucha el pie bajo la rueda delantera izquierda del vehículo que el agente trataba de conducir mientras Jácome invadía la calzada impidiéndole, situándose ante el capó, emprender su camino.

Todo sucedía mientras Jácome mandaba grabar a un cámara la secuencia, difundiendo después el vídeo por redes sociales y canales de mensajería, quedando reflejado cómo los ediles de DO impiden el paso del coche del policía local colocándose en su trayectoria y, en el caso de Ucha, delegado de la empresa Tepol Seguridad, forzando la colocación de su pie para que la rueda del coche le pasara por encima. El acontecimiento terminó con la presencia de patrullas de la Policía Local para dar parte de lo ocurrido y un cruce de denuncias entre los representantes de DO, por el supuesto atropello, y el agente, por "acoso y coacciones".

Según Jácome -que intentó excusar su acción recordando que el agente fue condenado en 2015 a un año y nueve meses de prisión (por los que no ingresó en la cárcel) por usar el nombre de un mendigo para quitar multas-, su objetivo era retener al coche para denunciar que estaba mal aparcado junto al pabellón. Asegura el líder de DO que la ley le amparaba para retenerlo hasta que llegara la Policía Local. 

Sin embargo, fuentes jurídicas consultadas explican que "en este caso el conductor comete una simple infracción administrativa, por lo que no cabe proceder a su retención, no pudiendo limitar la capacidad ambulatoria del conductor". De esta forma, Jácome y Ucha podrían haber incurrido, añaden estas mismas fuentes, en una detención ilegal o en un delito de coacciones, que en función de si fuera leve o grave, podría desembocar incluso en penas de prisión. 

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