AYUDA

Cruz Roja auxilia al año una media de casi 300 indigentes

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photo_camera Voluntarios de Cruz Roja atienden a una persona sin hogar refugiada en un viejo coche.

Un hombre de 48 años fue rescatado el domingo, sin ropa y descalzo, de un cajero de la ciudad

 Las gélidas temperaturas de las noches de este invierno tardío son una situación insostenible para las personas sin hogar, pero hay quien se resiste. En la noche del domingo, agentes de la Policía Local localizaron a un indigente en un cajero automático sin apenas ropa y descalzo porque, según informaron desde el cuerpo policial, "le sustrajeron sus enseres personales". "Se encuentra bien, hoy fue a comer al comedor social", explicaron desde Cruz Roja.

Precisamente, el proyecto de atención a personas sin hogar de Cruz Roja atendió en la ciudad a un total de 270 personas el año pasado, siete menos que en 2014. En esta cifra se incluyen también a transeúntes y, aunque en menor medida, personas en grave riesgo de exclusión social.
Roberto Álvarez, uno de los coordinadores del proyecto, explicó que "en torno al 90 por cien son hombres de nacionalidad española entre 45 y 55 años". De este número, es "muy elevado" el porcentaje de personas que tienen sus relaciones familiares "rotas" y con graves problemas para mantener una situación de estabilidad.

Alrededor de una treintena de voluntarios participan al año en el proyecto, haciendo salidas a la calle durante el día para el control de la mendicidad y por la noche a recintos a los que los sin techo recurren, como cajeros automáticos o casas abandonadas. El proyecto contempla también la Unidad de Emergencia Social, un dispositivo móvil donado por la Fundación Solidaridad Carrefour, "que utilizamos ante cualquier aviso de los ciudadanos".

La atención a personas sin hogar de Cruz Roja, con una larga trayectoria, se centra en el acompañamiento en todo el proceso de reinsercción. Se trata de un trabajo individualizado en el que la institución humanitaria lleva a cabo un análisis y valoración de la situación de cada beneficiario, buscando las alternativas y ayudas propias y de otras administraciones y entidades, como los servicios sociales o Cáritas, con los que están coordinados. Contempla también la entrega de bienes básicos, como mantas o sacos de dormir.
Está financiado por la Xunta, a través del fondo social europeo, y el Ministerio de Interior. 

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