reportaje - ourense

Cuando Dios llama al jurista

Adrián Rodríguez y Francisco López, en el patio del Seminario (MIGUEL ÁNGEL).
photo_camera Adrián Rodríguez y Francisco López, en el patio del Seminario (MIGUEL ÁNGEL).

La Diócesis de Ourense ordena este domingo a dos nuevos sacerdotes. No pasan de los 30 años, su camino iba por otro lado y la "llamada" no fue clara. Adrián y Francisco son nueva savia para la Iglesia en la provincia

No son buenos tiempos para las vocaciones religiosas, aunque Adrián Rodríguez y Francisco López dicen que sí. Los dos jóvenes aparecen con una sonrisa en uno de los largos pasillos del Seminario Mayor. Fuera, la lluvia cae en un patio interior de naranjos y camelias. Son los dos nuevos diáconos al servicio de la Diócesis de Ourense y se ordenan este domingo. No les importa empaparse. "Que salgan las camelias de fondo, ¿no? Que se ve más vida", le sugieren al fotógrafo. Y precisamente eso, vida, es lo que aportan ellos a una diócesis envejecida en la que los sacerdotes ya tienen una media de 65,52 años. El camino hasta aquí no fue recto. Uno es jurista, el otro economista. Lo que denominan "la llamada" tampoco fue directa para ninguno.


“Por que non eu?"


"Fixen unha diplomatura en Empresariais e o grado en Administración e Dirección de Empresas. Traballei e decidín entrar no seminario para ser sacerdote", cuenta el proceso Adrián Rodríguez, 28 años y natural de Coles. "É algo que Dios tiña decidido para min pero eu non o planteaba, non me decidía. Sempre estiven relacionado coa miña parroquia, pero pensaba que á hora de recibir unha vocación, o Señor tiña que chamarme cunha chamada máis clara. Unha aparición ou algo así", cuenta. Veía a los seminaristas y, dice, le provocaban cierta envidia. "Eu dicía: 'E que teñen a vida solucionada'. Para min esa vocación sempre estivo aí, e aínda que chego un pouco tarde, nunca é tarde", relata. "Un ponse diante do Señor e di: 'Por que non eu?", se pregunta. Y la economía no queda a un lado. "Gustábame e gústame. Estudiei na época da crise e sempre me chamaron a atención as cousas que pasan nas empresas e na sociedade", aclara.


“Por que este cambio de vida?"


Francisco López, de 30 años, es de Villamarín. Él sintió la vocación más tarde y el cambio de rumbo que dio su vida no fue sencillo. Estudió Derecho en Santiago de Compostela y empezó a trabajar en un bufete de abogados de Ourense. "Foi nese tempo cando tiven un pouco máis de relación coa vida da parroquia. Antes ía a misa, pero pouco máis. Tes momentos de oración e daste conta dunha cercanía distinta, que o Señor te chama", cuenta. Quiso mirar para otro lado. "Ás veces tratas de non dar resposta. Pregúntaste: 'Por que teño que cambiar eu agora a miña vida?". Pero lo hizo. "Daste conta de que se queres ser feliz...pois ter que tomar unha decisión. Así que deixeino e entrei no seminario, onde todo che parece unha novidade. Pregúntome como tiven esa axuda", reflexiona. "Valentía", le apostilla su compañero Adrián.

No son ajenos a los problemas sociales. Les preocupa el compromiso. "O descenso demográfico afecta e a práctica relixiosa descende. Na sociedade de hoxe evítase o compromiso, en tódolos ámbitos. Aínda así, a diócese de Ourense ten un bo número de curas novos", cree Adrián. "Ás veces pasa que aos mozos lles costa tomar decisións e non se plantexan que facer coa súa vida", dice Francisco–Fran, prefiere–. Ellos sí tienen claro qué hacer con su vida. Nueva sabia para la Iglesia ourensana. Nueva vida. 

Te puede interesar