Cuarenta días después, con cautela: la Raia no encuentra su normalidad

photo_camera Turistas pasaron la jornada dominical en la ciudad portuguesa de Chaves, donde aprovecharon para hacerse fotografías. (FOTO: ÓSCAR PINAL)
Lo resumen en Chaves: "Os españois veñen, pero con recelos. Os mesmos que temos nós con eles, coma con todo o mundo"

La reapertura de la frontera con Portugal el 1 de julio supuso un momento de alegría para la Raia española y portuguesa, confiando en ir recuperando "el terreno perdido". Pero cuarenta días después, la pandemia, ya con los pasos abiertos y el libre movimiento, sigue mostrando sus consecuencias.

Este domingo, el aspecto de la localidad lusa de Chaves no se asemejaba a una jornada dominical previa al covid. Aprovechar para ir de compras, con sus tiendas abiertas este día, y degustar uno de sus platos estrella, el bacalhau, creaba un buen plan. Pero el mundo cambió y los domingos ya son lo mismo en Chaves, donde la falta del turismo español se hace notar, como el número de establecimientos que ya no abren "temporalmente" en domingo: "Non veñen tanto coma antes, pero hai movemento", señala Jorge Vaz, quien junto con su padre regentan el restaurante O Cándido.

Recelos ante el covid

La prevención del covid también se vive diferente en el país vecino. El uso de mascarilla no es obligatorio, salvo en Madeira. Por las calles de Chaves la mayoría de los vecinos paseaban ayer domingo sin mascarilla. Un punto que sorprende en esta nueva realidad  a los escasos turistas de la ciudad, que no se la apearon. "No norte temos menos casos, ao contrario que en Lisboa", afirma Armando Dosantos, uno de sus vecinos. Esto lo atestiguan los datos de nuevos contagios, que sumó ayer 48 casos en la Región Norte, que comprende los distritos Viana do Castelo,  Braga, Oporto, Vila Real, Braganza y parte de Aveiro, Viseu y Guarda.

La evolución de la situación en España, especialmente de los territorios limítrofes como Galicia, preocupa entre los negocios, que precisan también de este movimiento intercomunitario. "Para o momento no que estamos, teño visto a bastantes españois o que é bo para o negocio, pero temos medos a contaminarnos do covid", apunta María Lila, quien regenta una pastelería en el centro de Chaves. La zapatería Mariazinha, que sí mantiene la apertura los domingos, también resume la llegada de turitas: "Veñen e con recelos, os mesmos que temos nós con eles, pero con todo o mundo e non só españois".

Feces, de paso

Del lado ourensano en la Raia, concretamente en la parroquia verinesa de Feces de Abaixo, las opiniones varían en función del sector. "Algo máis houbo, dende que reabriron con normalidade e non deixamos de ser unha zona de paso", señala Casimiro Cid, del comercio y cafetería Celia Miro. 

A su lado, la estación de servicio trabaja a otro ritmo gracias a los vehículos portugueses que aprovechan para llenar el depósito. "Máis ou menos temos aunha afluencia de público como a de antes do peche", explica Juan José Feijóo, su encargado. Los meses de cierre en la frontera, sumados a la falta de movimiento con el estado de alarma bajaron su actividad "un 80%" que ahora se recupera. 

La reactivación, un objetivo a ambos lados

La llegada de la pandemia y su efecto en España hizo que Portugal cerrase sus fronteras. En Galicia, sus 217 kilómetros de límite territorial dispusieron de un único paso operativo durante todo el estado de alarma fue el que une Feces de Abaixo (Verín) y Vila Verde da Raia (Chaves), que solo se podía cruzar por causa justificada. Las autoridades controlaron, desde la antigua aduana allí ubicada, la circulación de los vehículos que, en las semanas previas a la reapertura del 1 de julio, contabilizaba el paso 700. La situación cambió con el fin de las restricciones, en un primer día en el que 1.500 vehículos cruzaron la frontera en ambos sentidos, así como el tránsito por la autovía que comunica Verín con Chaves. La Eurocidade trabaja para contribuir a la reactivación económica de sus territorios. 

Los testimonios

“Temos menos preocupación pola nosa relación próxima con Galicia"

CHAVES (CHAVES). 09/08/2020. PORTUGAL. Reportaje sobre el turismo de españoles en Portugal y viceversa. FOTO: ÓSCAR PINAL

CÁNDIDO E JORGE VAZCándido Vaz y Jorge Vaz, en su restaurante.. Foto: Óscar Pinal

Los platos estrella de Portugal no faltan en el menú del restaurante O Cándido, en el centro de Chaves. El tradicional "bacalhau" o el "frango" asado reinan en el país vecino y en el negocio de Cándido Vaz y su hijo Jorge. Parapetados con mascarillas y tras unas mamparas de metacrilato reciben a sus clientes en la nueva normalidad, en la que notan la bajada de visitantes gallegos y ourensanos. "Hai un pouquiño máis, pero non o que tiñamos antes", cuenta Jorge Vaz. Esto era algo con lo que ya contaban: "Xa sabiamos que este verán sería máis tranquilo, xa non só con galegos ou españois, tamén con xente doutros países", explica. 

La poca incidencia del covid-19 en la zona y la evolución en Galicia, por el momento no causa alerta en este establecimiento de hostelería portugués: "En Chaves non hai unha gran preocupación, igual máis ao sur si, pero aquí temos unha relación próxima polo que estamos tranquilos", destaca Jorge. 


“Teñen que vir con precaución, non estou para coller este virus"

CHAVES (CHAVES). 09/08/2020. PORTUGAL. Reportaje sobre el turismo de españoles en Portugal y viceversa. FOTO: ÓSCAR PINAL

ARMANDO DOS SANTOS

Armando Dosantos, vecino de Chaves. Foto: Óscar Pinal

Armando Dosantos salió a comprar ayer el periódico y se olvidó de un complemento indispensable, la mascarilla. Un transeúnte se encargó de conseguírselo y leyéndolo se encontraba por la mañana. Desde un banco, con el diario deportivo Record en la mano, reflexiona sobre la actual situación: "Os maiores casos atópanse ao sur do país, aquí hai menos", destaca. El uso de la mascarilla, no tan restictivo en Portugal como en Galicia, es algo "normal" para afrontar estos tiempos, al igual que la higiene de manos.

La vuelta de los ourensanos tras la apertura de fronteras, algo que ya ha notado: "Veñen outra vez para mercar aquí, antes disto xa había moitos", comenta. A sus 80 años pide "precaución" para todos porque "non estou para coller isto". Dosantos también recuerda lo que supuso el inicio del estado de alarma y las restricciones de movilidad, que quedaron atrás: "Pecharon o paso para que non cruzasen a fronteira".  


“É bo que veñan polo negocio, pero temos medo aos contaxios"

CHAVES (CHAVES). 09/08/2020. PORTUGAL. Reportaje sobre el turismo de españoles en Portugal y viceversa. FOTO: ÓSCAR PINAL

María Lila, en su pastelería de Chaves. Foto: Óscar Pinal

El futuro del negocio o la seguridad sanitaria de Chaves hace dudar a María Lila sobre la llegada de españoles, en concreto de ourensanos, a la localidad "É bo que veñan polo meu negocio, pero moitos temos medo a contaxiarnos do covid", explica esta portuguesa, que regenta la Pastelería María. La evolución de la pandemia en Chaves se mantiene con buenos resultados, "non temos ningún caso na cidade", por lo que la situación en ascenso de Galicia y España preocupa a esta vecina: "Nos sitios máis grandes de Portugal teñen máis casos, aquí estamos tranquilos", indica tras la mampara que preside el mostrador de su establecimiento.

El futuro es incierto para Lila, porque "isto non vai pasar rápido", por lo que tomar precauciones es importante en esta nueva normalidad derivada del covid: "Temos que facer o posible para non facer posible a expansión do virus ata que apareza unha vacina", recuerda Lila. 


“Hai máis movemento, sen ser o que tiñamos antes do peche"

VERÍN (FECES DE ABAIXO). 09/08/2020. OURENSE. Reportaje sobre el turismo de españoles en Portugal y viceversa. FOTO: ÓSCAR PINAL

CASIMIRO CIDCasimiro Cid, en su negocio de Feces de Abaixo. Foto: Óscar Pinal

La población de Feces de Abaixo, en Verín, fue la única de Ourense con un paso fronterizo abierto con Portugal durante todo el cierre. Desde allí, Casimiro Cid cuanta cómo ha sido la reapertura y lo que supuso para su negocio, el comercio y cafetería Celia Miro. "Algo máis de movemento houbo, pero non deixamos de ser unha zona de paso", afirma. La reactivación de esta zona se lleva con "lentitude". Cid aprecia el movimiento fronterizo con emigrantes portugueses que pasaron una temporada en su país "e que xa están volvendo para Ourense".

Pese a que recuperan un poco la actividad, "non é o que tiñamos antes", aprecia. Su establecimiento funciona como bar, pero también tiene alimentación y otros productos. Para seguir trabajando, pide ayudas que mantengan a flote la zona: "O primeiro que deben facer é sinalizar o pobo na autovía, é unha vergonza que moitos portugueses se perdan", lamenta . 

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