“La cuarentena, en una caravana de seis metros"

Ourense. 15/04/2020. Día 32 de alarma Sanitaria por el Covid-19 en Ourense. En la foto los integrantes del espectáculo ambulatorio de Dinosaurios delante de las Caravanas en las que están confinados sin practicamente recursos.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Foto: Xesús Fariñas
El confinamiento pilló a la italiana Heidi Medini en la ciudad, en donde trabajaba con su familia en el circo. La cancelación les dejó sin nada.

El pasado día 8 de marzo fue su última función en Expourense con un espectáculo circense que permanecía en la ciudad desde mediados de febrero, cuando comenzó el montaje. En el horizonte, estaba Pontevedra, Ponferrada (León) y País Vasco, pero la emergencia sanitaria del COVID-19 lo truncó todo. Ahora, Heidi Medini, 41 años, está confinada en una pequeña caravana de seis metros de largo, estacionada junto al pabellón Paco Paz, junto al "niño" de 18 años y su marido. Hay otra familia oriunda de Portugal, de cuatro miembros, que corre la misma suerte. Sin trabajo, sin derecho a unas prestación pública. Seis personas viviendo "de lo que nos da Cáritas cada diez días, unas lentejas, arroz, pasta, leche y galletas".

Las perspectivas a medio plazo tampoco son halagüeñas porque  "en nuestra profesión de itinerantes hay que dar mucha caña todo el año para llevar una vida algo normal", explica Heidi, cuyo apellido, Medini, tiene una larga tradición circense "de al menos 300 años".

Asegura que no piden dinero sino "bienes primarios" para poder comer algo en condiciones y "sobrevivir", asegura esta milanesa afincada en Vercelli y que halló en el circo una profesión versátil. "Puedes ser equilibrista, lanzar cuchillos o simplemente repartir publicidad, vas haciendo un poco de todo, dependiendo mucho de los años que tengas o lesiones que hayas sufrido". Medini asegura, en perfecto español, que la vida bajo la carpa "es bonita, porque vas de aquí para allá, pero es sacrificada y no ahorras nada". Son artistas nómadas y llevan en la sangre esa forma de vida, que le ha permitido recorrer multitud de ciudades, pueblos y países.

Las dos familias, varadas en  los aledaños de Expourense, aseguran que las ayudas de las oenegés les llegan a cuentagotas y son seis bocas que precisan víveres hasta que puedan salir de Ourense y seguir trabajando en lo que más les gusta.

Heidi relata que a su hermana le pasó algo similar en Cataluña y que desde los vecinos hasta el alcalde se volcaron en ayudarles. "Ellos no están abandonados", destaca. 

Te puede interesar