Una denuncia de los agentes del Seprona de la Guardia Civil destapó las lamentables condiciones en las que vivían los perros de José Enrique P.G., de 71 años, en una finca situada en Vilameá, en Paderne de Allariz. Según constaron los agentes, los canes morían porque se peleaban entre ellos por falta de cuidados, principalmente agua y comida ya que el inculpado solo iba dos veces al mes a darles el pienso. Una perra llegó a morir al explotarle las mamas y una infección por picadura de garrapata. Otros eran pasto de los gusanos y moscas, totalmente desnutridos.
El dueño de los animales, acusado de un delito de maltrato animal, reconoció ayer en el Penal 2 la desatención imputada y aceptó seis meses de prisión -se suspende la pena si no delinque de nuevo- al tiempo que no podrá tener de nuevo animales durante dos años.
Uno de los perros murió el 5 de abril de 2018 devorado por los otros y una perra pereció al explotarle las mamas
Los perros tenían hambre y se peleaban entre ellos. En abril de 2017, con siete en la finca, se produjo un ataque en el que murió una perra por las heridas causadas. El 24 de febrero de 2018 otro perro tuvo que ser atendido por Progape de las lesiones sufridas. El animal pudo salir de la finca y una vecina se hizo cargo.
Asimismo, el 5 de abril de 2018 está datado otro ataque en el que murió uno de los perros devorado por el resto.
La sentencia fue de conformidad porque el inculpado reconoció el delito de maltrato animal del que había sido acusado.