Cultura, La Molinera o subvenciones millonarias, víctimas de la era Jácome

Como Atila, el rey de los Hunos, del que se decía que por donde pasaba su caballo no volvía a crecer la hierba, el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, parece haber seguido su ejemplo y sin llegar al ecuador del mandato ya ha dado buenas muestras de su capacidad para aniquilar proyectos culturales, políticas o servicios consolidados en la ciudad. Un afán de destrucción del que ya había hecho gala en su etapa en la oposición con determinados temas, a lo que se suma su capacidad para poner patas arriba la vida municipal con sus continuas visitas a los juzgados para presentar denuncias que, con el tiempo, han quedado en nada. Cultura Poner patas arriba la política cultural de la ciudad ha sido uno de los principales rasgos característicos del actual alcalde, que a las pocas semanas de tomar posesión esbozaba sus líneas maestras en esta área, a las que poco a poco ha ido añadiendo nuevas dosis de su receta. Así, en agosto de 2019 convertía en definitiva una decisión adoptada un año antes, en principio de manera transitoria, como era que el Concello de Ourense se desprendiese de la organización del Festival de Cine, pasando a manos de la Diputación. Días después, en una rueda de prensa, Jácome anunciaba que se acababa la política de colaborar económicamente con eventos consolidados en la ciudad como el Pórtico del Paraíso o el Festival Internacional de Teatro de Ourense (FITO). También confirmaba que no tenía la más mínima intención de recuperar la Banda de Música que había demonizado en la oposición, sino que planteó hacer una agrupación amateur de estudiantes y jubolados de la que no se sabe absolutamente nada. La puntilla a la oferta cultural de la ciudad ha llegado en las últimas semanas, dejando sin contenido el Auditorio Municipal con la excusa de la pandemia, decantándose ahora por no firmar el convenio con Agadic y dejar a los ourensanos sin oferta de actividades hasta otoño, algo insólito en Galicia. Tampoco habrá alternativas a la fiesta de Os Maios. En proceso de demolición por parte de Jácome está el contenido del Museo Municipal, al frustrarse su intención de darle un uso administrativo a la Sala Valente. Servicios El vaciado de los centros cívicos es también seña de identidad de la era Jácome, dado que el regidor tomó la determinación de retirar la prensa diaria de las dependencias municipales, causando indignación entre los usuarios. Otros servicios aniquilados tienen que ver con los que ofrecía la Policía Local. Así, se suprimió en este mandato la Oficina de Denuncias de la Comisaría en A Ponte para centralizar todos los asuntos en la Policía Nacional. En materia de seguridad, especial polvareda levantó su intención de que Ourense abandonase el protocolo de atención a víctimas de violencia de género, con rectificación posterior. Innovación Con la excusa de meter con calzador su centro de inteligencia artificial, el centro de coñecemento La Molinera ha perdido la esencia que le convirtió en un equipamiento de referencia el pasado mandato y clave para fomentar la alfabetización digital. Así, Ourense se quedó sin aula CeMIT e iniciativas consolidadas como el Espazo Makers. En materia de innovación, el alcalde ourensano ha acabado también con la posibilidad de desarrollar el proyecto de turismo inteligente pedido por el PP en el anterior mandato, que había recibido una ayuda de 1,7 millones de Red.es. "Ojalá podamos perder esa subvención, estamos luchando por conseguirlo, intentando perderla", decía Jácome orgulloso el pasado viernes en pleno. Proyectos en jaque La subvención anterior no es la única que se ha evaporado con Jácome al frente del consistorio, que también ve cómo el Gobierno central resta parte de la ayuda concedida para reformar la Plaza de Abastos, un proyecto que el alcalde tildó recientemente de "marrón". El regidor también ha tirado por la borda proyectos de ciudad en los que existía un consenso como el plan de movilidad, como demuestra la supresión de los bolardos sembrando el caos en el Casco Vello sin un sistema alternativo. Dejar los mupis y pantallas simplemente como un estorbo o vender los coches oficiales mientras sigue haciendo uso de vehículos municipales, otros ejemplos de la política destructora de Jácome. ¿Qué desapareció? Eventos consolidados El Concello se desmarcó del Pórtico del Paraíso, FITO o Festival de Cine. Auditorio Ourense es la única ciudad sin programación. ¿La excusa? el covid. Centros cívicos Retirar la prensa diaria enfadó a los usuarios. Dinero La gestión de Jácome deja a la ciudad sin ayudas prometidas como la de la Plaza o Red.es.