Política municipal

Los deberes desbordan a Jácome

Jácome, con el orden del día de una junta de gobierno. (Foto: Miguel Ángel)
photo_camera Jácome, con el orden del día de una junta de gobierno. (Foto: Miguel Ángel)
Con el primer trimestre del año ya vencido, el gobierno de Jácome ha marcado el post Semana Santa como clave para afrontar numerosos frentes abiertos en la gestión del Concello. El microgobierno local, ante una prueba de fuego.

Durante las últimas semanas, una de las respuestas más habituales del alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, y sus dos concejales del gobierno a la oposición cuando esta se interesaba por los temas enquistados de la gestión municipal fue que una vez pasada la Semana Santa, se convocarían las distintas comisiones de seguimiento pendientes y se abordarían las diferentes necesidades de la ciudad.

Ya con el primer trimestre del año cumplido, con el Concello gestionado con un presupuesto prorrogado y sin que ni siquiera se haya liquidado el ejercicio anterior para así disponer del remanente (como ya están haciendo otras ciudades gallegas como Vigo, Pontevedra o Santiago), los deberes desbordan a un Jácome que no se ha movido de su hoja de ruta, la de lanzar promesas grandilocuentes o globos sonda, el último el de la privatización de la gestión del Auditorio Municipal.

Mientras el debate político se intensifica a raíz de estas controversias, la oposición presiona en las juntas de área por proyectos como el de la pacificación del tráfico y orientar la ciudad cada vez más hacia el peatón. El alcalde se ha comprometido a convocar la comisión de seguimiento estos días.

También está pendiente que los grupos de trabajo avancen en el contenido del futuro Plan Especial de Reforma Interior del Casco Vello, un documento que si no está adaptado el próximo año dificultará todavía más la tramitación administrativa de proyectos en la zona histórica.

En el apartado normativo, se echan de menos también avances en la elaboración de las ordenanzas de ruidos –algo clave pensando en la recuperación progresiva de la normalidad una vez se consiga dejar atrás la pandemia– o de terrazas de hostelería, un texto que tras varios contactos entre gobierno y oposición ha quedado en "stand by".

Definir la licitación de los concursos para renovar concesiones caducadas como la del agua o del transporte público debe ser también una prioridad para Jácome, al que exigen desde la oposición que reúna al Consello Municipal da Cultura, algo que se ha vuelto más urgente tras el anuncio sobre el Auditorio.

Esta misma semana también está prevista la segunda reunión de la comisión de investigación sobre el expediente del edificio anexo a la iglesia de los franciscanos, que ni siquiera prevé citar todavía a los afectados. 

En materia de obras e infraestructuras, el plan de inversiones licitado el pasado otoño continúa enredado en la maraña administrativa por la incapacidad del gobierno municipal de adjudicar los proyectos antes del cierre del ejercicio. Los concursos para contratar estas actuaciones todavía deben superar distintas fases para su desenlace.

Por otro lado, Jácome también prometió tener listo en las próximas semanas el procedimiento para encontrar un gestor para la Praza de Abastos de A Ponte, algo que decía que haría en 90 días tras su llegada al gobierno, mismo plazo que daba para arreglar los contenedores soterrados, sin solución todavía concretada. La lista de tareas es infinita. 

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