EN OURENSE

El decenio 2009-2019: los datos de la crisis y la incertidumbre aún siguen

La mejora de las exportaciones o los datos del turismo no compensan la debacle demográfica o la débil tasa de actividad

Menos población, similar actividad económica. Ese puede ser el somero balance de un decenio en el que la mayoría de los indicadores provinciales han ido cuesta abajo. Entramos en el año 2020, un número redondo, pero pocas cosas han salido redondas en términos socioeconómicos en Ourense. 

La despoblación es una losa, la tasa de actividad es la más baja de España. Eso en el debe, pero en el haber encontramos que las exportaciones mantienen la competitividad de las empresas locales, que han conquistado mercados alternativos a la caída del consumo interno. También el turismo ha metido una marcha más, puede proporcionar retorno económico, aunque es lento el proceso.

En el año 2009 los síntomas de la crisis eran evidentes. A la conclusión del 2019 la mejora es obvia, pero también el llamado cambio de paradigma. Entonces casi nadie hablaba de digitalización empresarial, de compra online, siquiera de venta de vehículos con motores alternativos a los combustibles fósiles. Tampoco eran habituales los procesos de robotización. Esos términos son ahora cotidiano en los análisis socioeconómicos.

El problema de entonces en Ourense es el mismo, aunque acentuado. La vía de agua de la despoblación deja herido al rural y la emigración no cesa. En tan solo diez años la provincia ha perdido más de 28.000 habitantes, que es como perder casi un tercio de la ciudad. La mayoría son de pueblos y aldeas, pero la urbe sigue cayendo, ahora con unos 2.000 habitantes menos que entonces. 

La Encuesta de Población Activa (EPA) demuestra que la tasa de ocupación y actividad de la provincia —ambas por debajo del 50%— sitúan a Ourense en la cola de España. El paro, eso sí, ha dado muestras de control después de los duros años de la crisis, con casi 33.000 personas sin trabajo en el 2013. Ahora la cifra está ligeramente por encima de los 18.000. Eso sí, la relación con las personas subsidiadas es desigual: más pensionistas que trabajadores. La Seguridad Social contabiliza en la actualidad algo más de 103.000 afiliados, pero paga pensiones a 108.000 personas. Tampoco estas prestaciones son de gran cuantía, de hecho la percepción media —ligeramente por encima de los 750 euros— deja al pensionista ourensano como el que menos cobra de España.


Micropymes


La provincia es un lugar de microempresas, con algo más de 23.000 sociedades activas, pero más de la mitad carecen de asalariados. Por encima de los 100 empleados la cifra se queda en 25, eso sí, dos menos que en el 2009, consecuencia de la crisis de estos años. 

Pese a que la recesión económica ha dejado una mella incuestionable, la Agencia Tributaria ha recaudado cada año más dinero, como lo demuestran sus propios datos, ya que en diez años pasó de los 333 millones del 2009 a los 438 millones que ya iban recaudados hasta octubre de este año. El dinero en los bancos tampoco ha parado de crecer, en contraposición con el crédito, que sigue cayendo. La tasa de ahorro es uno de los valores de la provincia, que guarda con celo más de 8.700 millones de euros en los bancos, aunque las entidades apenas se lo compensen. Hace diez años había 6.800 millones de euros. El lado inverso es el crédito ya que la compra bajo préstamo sigue cayendo en picado, pero también la inversión asociada. De los más de 5.000 millones que dejaban entonces los bancos a los 3.100 millones de este año.

Muchos de esos créditos iban a la compra de vivienda o a la adquisición de un vehículo. Las ventas de ambos productos siguen con muchos altibajos. La compra de vivienda no remonta en Ourense y la capital no tiene plan de urbanismo, lo que tampoco ayuda. La venta de vehículos ha tenido que ser incentivada con planes del gobierno para mantener la actividad industrial. Cuando los números empezaban a salir la crisis del diésel dejó de nuevo al sector a los pies de los caballos. Este año las cifras van un 11,6% por abajo.

Tampoco la inversión pública ha sido una apuesta en la provincia. Salvo las cantidades asignadas al tren de alta velocidad, el gasto hoy es inferior al del 2009.

Los flujos de llegada a Ourense se deben sobre todo a los datos turísticos, que mejoran sustancialmente los del año 2009. Pese a que la estancia media apenas llega a los dos días y la ocupación queda por debajo del 40% en la mayoría de los meses, el número de visitantes no ha dejado de crecer en los últimos diez años. En el 2009 los viajeros no llegaban a los 300.000 y en los diez primeros meses de este año ya se contabilizan 306.000. Ha crecido el número de hoteles, el personal empleado y se ha potenciado la promoción de los recursos, sobre todo la Ribeira Sacra.  


Censo de población: el despoblación es la principal amenaza. El padrón de habitantes no deja de descender ya que entre 2009 y 2019 se han perdido 28.095 al pasar de un censo de 335.642 habitantes a otro de 307.547. En la ciudad se ha pasado de 107.742 a 105.505 habitantes.

Paro registrado: el empleo ha mejorado ligeramente. La Encuesta de Población Activa (EPA) sitúa el paro en 16.700 personas, mientras que en el 2009 eran 18.100. En años como el 2013 se llegó a 32.900 parados. Sin embargo la tasa de paro pasó del 11,5 % al 13,1 %.

Afiliaciones: la afiliación a la Seguridad Social revela la salud laboral de la provincia. La cuesta abajo de la crisis fue evidente y su recuperación es lenta y con altibajos. En el 2009 había 108.170 cotizantes y ahora 103.583. El peor año fue el 2013, con 97.728.

Pensiones: el número de pensionistas en el decenio sigue siendo similar, pero revela hasta qué punto la provincia sigue subsidiada. Hace diez años había 107.335 perceptores de una pensión y en el 2019 la cifra media se acerca a los 108.000 pensionistas. 

Venta de viviendas: la vivienda ha sido una de las caras de la crisis. En el año 2009 se vendieron 2.361 viviendas, un espejismo en la actualidad. El peor año fue el 2014, con 1.163. El sector ha remontado levemente y entre enero y octubre de este año se han transferido 155.

Ahorros: los ourensanos se han hecho más ahorradores y los bancos almacenan cada vez más depósitos aunque, a cambio, el dinero en las cuentas no esté primado. En el año 2009 había en las entidades 6.839 millones de euros ahorrados. En julio de este año, pese a la mella de la crisis, la cifra ha subido hasta los 8.713 millones de euros.

Créditos: la compra a crédito sigue, pero no en la misma proporción de hace diez años. Los bancos dieron a los ourensanos en el 2009 5.288 millones de euros en préstamos, una cantidad que no paró de menguar desde entonces. El Banco de España certifica que en julio de este año los préstamos sumaban 3.118 millones. 

Venta de coches: el Gobierno ha tenido que incentivar la venta de coches para mantener un sector estratégico. La recuperación está siendo lenta, ahora por la crisis del diésel. Hace diez años se vendieron 8.832 vehículos, una cifra que ha ido cayendo paulatinamente. Hasta noviembre  se matricularon 4.202, un 11,6%  menos que en el 2018.

Turismo: el turismo es uno de los sectores que ha crecido en los últimos años de forma sostenida. El incremento de viajeros también tiene su reflejo en la provincia. En el 2009 llegaron a Ourense 285.900 viajeros, con una estancia media de 1,96 días. Las cifras han mejorado cada año y hasta octubre de este año había ya 306.269. 

Exportaciones: la caída del mercado interno abrió la puerta a la internacionalización, uno de los grandes logros ourensanos. Hasta septiembre de este año se habían exportado 663,2 millones de euros, un 0,6% más que el año anterior. Esa cifra se quedaba en 513,1 millones en el 2019.

Empresas activas: la demografía empresarial apenas ha sufrido alteraciones. Se han perdido muchos negocios con la crisis, pero se han creado otros. En el 2009 había 23.304 empresas activas en Ourense y en la actualidad, 23.291. Eso sí, la mayoría (12.500) no tienen asalariados.

Inversión pública: las obras del AVE han permitido mantener estos años un aceptable nivel de inversión pública, pero muchos proyectos siguen aparcados. Hasta octubre de este año se habían licitado 87,6 millones en un ejercicio que se prevé escaso. Hace diez años la cantidad fue de 287,9 millones.

Recaudación fiscal: la recaudación de impuestos de la Agencia Tributaria no ha parado de crecer en Ourense en el último decenio pese a los años de recesión. Hasta octubre había ingresado 438,2 millones (un 2,2% por encima del año pasado) y una cifra muy superior a los 333,5 millones del 2009.

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