NARCOTRÁFICO

El decomiso de marihuana se duplicó en los dos últimos años en Ourense

20181229125825109_result
photo_camera Plantas de marihuana intervenidas el pasado mes de mayo en una vivienda de la calle Cristal de la ciudad.

La Guardia Civil inspeccionó 97 fincas y dos naves para localizar plantaciones durante 2018

Las intervenciones de marihuana se duplicaron en los dos últimos años en la provincia, pasado de los 200 kilos decomisados por las fuerzas de seguridad en 2016 a 421 en 2018 (la última aprehensión fue de 533 gramos el sábado en Verín). Durante el 2017, fueron incautados 350 kilos.

La marihuana es la droga que acapara más incautaciones en las distintas operaciones realizadas a los largo del pasado año, tanto por la Guardia Civil como por la Policía Nacional. Los agentes detuvieron a un total de 42 personas en la provincia por tráfico de drogas y prácticamente a todas ellas les hallaron marihuana. El resto de sustancias estupefacientes decomisadas es menor: 112,62 gramos de cocaína; cinco gramos heroína y 30 kilos de hachís, además de 15 pastillas de éxtasis y otras 80 de cafeína.

La mayor parte la marihuana decomisada fue producida en la provincia, bien en naves, viviendas (la Policía Nacional intervino tres plantaciones en pisos de la ciudad) o fincas. Según el teniente coronel de la Guardia Civil, Manuel Javier Novo, el abandono del medio rural provoca que el terreno que antes estaba destinado a la agricultura sea aprovechado para realizar plantaciones. A su entender, la mayor parte de las fincas están llenas de maleza y "esto dificulta la localización de las plantas", asegura.

Los agentes del Instituto Armado inspeccionaron desde enero del pasado año un total de 97 parcelas en distintos puntos de la provincia ante la sospecha de que había plantaciones. Las revisiones dieron fruto en tres  ocasiones, una en Lobios y las otras en Celanova y Oímbra. En total, intervinieron 81 plantas con una peso de más de 60 kilos.

La Policía Nacional localizó otra finca en Untes y un jardín en Eirasvedras, ambos en el municipio de Ourense, destinada a la producción de marihuana. En todos los casos, los detenidos alegaron que la droga era para consumo propio.

El abandono del rural también  conlleva que muchas viviendas quedan vacías y son aprovechadas y acondicionadas a modo de invernadero para realizar plantaciones. 


Compra de droga en pequeñas cantidades ante el temor a un control y ser detenidos


La Guardia Civil detectó un repunte en el tráfico de cocaína y hachís en los últimos años en la provincia. Según los datos que maneja, la provincia de Pontevedra es la principal entrada de la droga que llega a Ourense, pero los traficantes transportan cada vez menores cantidades ante el temor a ser detenidos en un control.  Optan por realizar más viajes pero con mucha menos cantidad.

Las fuerzas de seguridad detectaron una nueva entrada del hachís a través de Algeciras (Cádiz). En la actualidad, según los datos que manejan los agentes, los narcotraficantes que operan en el Estrecho de Gibraltar continúan transportando droga hasta Galicia, pero ante la presión policial, están optando por introducirla a través de Portugal.


Ochenta expedientes por consumo y tenencia de droga


Las fuerzas de seguridad incoaron 80 expedientes durante este año a otros tantas personas por tenencia y consumo de sustancias estupefacientes en la vía pública. La mayor parte finalizaron con sanciones que van desde los 50 hasta los 300 euros, dependiendo de si el  afectado es reincidente.  "Hay casos, sobre todo cuando afectan a jóvenes que son expedientados por primera vez, que se les suele condonar la sanción con el compromiso de que acuda a un centro de rehabilitación para desintoxicarse y abandonar el consumo", afirmaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno, encargada de imponer las sanciones.

La fuerzas de seguridad detectaron un repunte en el consumo de marihuana. Además de las incautaciones, los agentes vigilan en la actualidad ocho edificios (cinco en la ciudad) ante las numerosas quejas de los vecinos por olor a marihuana en ascensores y escaleras. En todos los casos, los agentes descartan que los inmuebles estén siendo utilizados para cultivar droga y achacan el olor al consumo de alguno de los vecinos. 

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