'Hay que dejar el modelo del dinero por el dinero'

 (Foto: Marcos Atrio)
El economista Francisco Álvarez Molina ofreció ayer una charla en el Centro Cultural de la Diputación, organizada por la Fundación Cum Laude, en la que explicó las claves de la Economía del Bien Común, un nuevo modelo económico, más pegado al terreno y que quiere romper con los modelos actuales del dinero por el dinero.

La crisis económica que vivimos es una clara consecuencia de un modelo que se ha alejado de la misma actividad productiva que debería ser su razón de ser; entendiendo por actividad productiva aquella que integra los aspectos empresariales, sociales, culturales y medioambientales, pero sobre todo la que tiene como eje principal el bienestar del ser humano. El actual modelo económico, como está demostrado, nos lleva de crisis en crisis, con el agravante de que el tiempo entre una y la siguiente es cada vez menor.

No se trata de dar la espalda al dinero, sino de que éste no sea un fin en sí mismo. El nuevo modelo no impide que la gente trabaje y tenga un sueldo, pero se trata de crear empresas pegadas al terreno. Un ejemplo de este nuevo modelo, que se sacó en el programa de televisión de 'Salvados', es el de la empresa de yogures La Fageda, una cooperativa catalana de iniciativa social sin ánimo de lucro creada en Olot en 1982, que tiene como finalidad la integración laboral de las personas de la comarca de la Garrotxa (Girona) que sufren discapacidad intelectual. El salario mínimo en esta empresa es de 900 euros y el máximo, del presidente de la empresa, de 5.400 euros. Se trata de hacer empresas bien dimensionadas y que repartan cargas y beneficios.

El cooperativismo es un concepto integrante, desde mi punto de vista hay que cambiar la palabra competitividad por la palabra cooperación. La cooperación es básica para sacar adelante proyectos empresariales ligados estrechamente al entorno, como es el caso de la empresa Microviñas de Alcoy, que recuperó unos viñedos abandonados hace años, al desaparecer las ayudas al viñedo de la Unión Europeo, y ahora venden sus caldos directamente en el mercado, sin pasar por intermediarios. Éste es el modelo a seguir.

Cuando se sufrió la crisis de los ochenta, lo que se hizo fue devaluar la peseta, ahora no se puede devaluar, así que se ha optado por una medida parecida, que es bajar los salarios. Cuando se toque fondo habrá, sin duda, un repunte, pero el sistema será el mismo y volveremos a tener una crisis. Sin embargo hay cada vez más ayuntamientos que optan por este nuevo modelo, como es el caso aquí en Ourense de Allariz, pero también en los lander alemanes, por ejemplo. Hay, además, una sensibilidad social que noto en las charlas, en las que queda claro que la gente detecta que este modelo no sirve y que hay que buscar alternativas, una economía más basada en los productos de la zona.n

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