La reciente incorporación de dos tratamientos antitabáquicos a la cartera de la Seguridad Social supone un paso más en la lucha contra el cigarrillo. Desde el pasado día 1, los ourensanos que deseen dejar de fumar cuentan con el nuevo recurso, que facilita la eliminación del hábito. Pero los expertos advierten: sin motivación y fuerza de voluntad, el tratamiento no surte efecto. "Dejar de fumar implica mucho más que tomarse unas pastillas, el paciente que venga a informarse tiene que venir con los deberes hechos y con decisión", asegura Mercedes Hernández, médico de familia del Novoa Santos de la ciudad.
Paso a paso
El fumador debe reducir el número de cigarros diarios, y "desaprender" hábitos, según explica Hernández. "No hay nada que sustituya el deseo de fumar, no deja de ser una actitud individual, aunque es cierto que estas pastillas ayudan a dar el paso y a mantenerlo en el tiempo", comenta.
Los dos tratamientos incluidos en la Seguridad Social desde el pasado 1 de enero son Champix y Zyntabac. Ambos conviven durante los primeros días con el tabaco, y provocan alteraciones en su sabor. "Non che apetece fumar, os pitillos sábenche peor que normalmente", explica un reciente exfumador que utilizó Champix durante dos meses. "A min axudoume a deixar de fumar, pero é certo que aínda é recente, deixeino a finais de outubro, non sei se terei recaídas", añade.
Falta suministro
Las farmacias de la provincia tienen problemas estos días con el suministro de los tratamientos. Según fuentes del Colegio de Farmacéuticos, la falta de suministro se debe a las fechas navideñas, con varios festivos seguidos, y está afectando a diversos medicamentos. A lo largo de la próxima semana esperan recuperar la normalidad.
Insomnio, uno de los efectos secundarios
Tanto sanitarios como farmacéuticos se convierten en dos piezas clave. "El papel del profesional es muy importante, cada tratamiento es diverso según el perfil del paciente", comenta Hernández, que resalta la importancia de "estar sano". "El objetivo no es dejar de fumar, es tener salud, limpiarse y recuperar la libertad, no ser dependientes de un cigarro", apunta. El precio del tratamiento supera los 300 euros, pero con la Seguridad Social se verá reducido a más de la mitad –oscila alrededor de 80 euros–. Los pacientes que ya lo han probado señalan algunos de los problemas que conlleva la ingesta de las pastillas: "A min provocoume insomnio durante dous meses, de feito, deixeino antes do esperado por iso. Agora estou durmindo ben, pero aínda desperto polas noites".
