La falta de batas sanitarias y mascarillas ha provocado el resurgimiento de múltiples talleres de textil abiertos a mediados del siglo pasado en el norte del país vecino para cubrir la demanda de las grandes firmas de ropa de moda.
La mayor parte de los talleres se había visto abocado al cierre ante la falta de carga de trabajo al trasladar las grandes marcas su producción a los países asiáticos. Otros tuvieron encima en los últimos años el foco de las fuerzas policiales, ante la sospecha que sobrevivían confeccionando ropa que colocaban en el mercado con etiquetas falsificadas de conocidas firmas.
Pero la alarma ante la propagación del coronavirus rescató de nuevo a este tipo de negocios, que estos días cosen a destajo, sobre todo mascarillas y batas sanitarias, entre otro material textil sanitario.
Y lo hace para cubrir la demanda que le llega desde empresarios y autoridades políticas de diferentes países del Europa. Prueba de ellas son los sucesivos camiones que cruzan con este tipo de mercancía por el paso fronterizo de Feces.
Demanda de ataúdes
Las fuerzas de seguridad también registran continuas cargas de ataúdes fabricados en una empresa -filial de un sociedad española- en Chaves. La empresa se vio obligada a contratar más trabajadores para satisfacer la demanda que les llega sobre todo de Madrid y Cataluña.
