Relató que tres personas le robaron el dinero en Oira, tras agredirlo, y le obligaron a desnudarse
La sección segunda de la Audiencia de Ourense se vio obligada ayer a suspender una vista oral porque el hombre que denunció un robo violento, agresión sexual -violación- y lesiones plantó la vista oral. Aunque la citación le fue remitida a su vivienda en la ciudad, en donde vive desde hace años, no compareció ante la sala.
El fiscal del caso, Julián Pardinas, interesó la suspensión porque la declaración del perjudicado es la principal prueba de cargo con la que cuenta. Por esta razón, la Audiencia oficiará a la Policía a que averigüe su paradero, aunque se contempla la posibilidad de que haya viajado a Marruecos, su país de origen.
El escaso interés de la víctima en que se condene a los supuestos agresores quedó evidenciado a lo largo del proceso. Ya en su día, renunció al ejercicio de accione penales y civiles y solicitó el archivo de las actuaciones. Pero el fiscal, ejercitando la acción penal en delitos públicos cuya persecución es de oficio, optó por acusar a Ion Alexandru Bita y Abderraman Nain. Este último está en paradero desconocido y fue declarado en rebeldía (se le juzgará cuando sea localizado). Desapareció poco tiempo después de salir de prisión.
Ambos investigados negaron los delitos y atribuyeron la denuncia a una represalia por un asunto relacionado con el consumo de drogas. No obstante, J.E.M.F. ofreció una versión bien distinta. Quedó con los inculpados y una tercera persona que no ha podido ser identificada (en su día la Policía detuvo a tres personas) para la compra-venta de un móvil en la calle Jesús Soria. Desde allí se fueron en el coche de Ion hasta Oira tras amenazarlo con un cuchillo. Confesó a la Policía Nacional que recibió bofetadas y puñetazos para que les diera los 96 euros que llevaba consigo, un teléfono móvil y dos tarjetas bancarias. En ese mismo relato, añadió que lo obligaron a desnudarse y practicarle una felación a Abderraman, quien, según dijo, le llegó a introducir dos dedos en el ano.
El joven acudió esa misma noche a la comisaría y relató parte de los hechos ya que regresó a casa en busca del DNI y no regresó a las dependencias policiales hasta cinco días después. Los acusados, a través de una tercera persona, le devolvieron las tarjetas y el teléfono.
La acusación pública reclama una pena de 11 años y medio para cada uno de los acusados, además de dos meses multa a razón de seis euros al día. Asimismo, añade en la solicitud una orden de alejamiento a 300 metros así como de comunicación durante el plazo de 10 años.
La Audiencia intentará citar de nuevo al testigo, en caso de que no se dé con su paradero se celebrará la vista dando lectura a las declaraciones ante la Policía Nacional y el Juzgado de Instrucción 3.
