Más de una veintena de familias del barrio de A Milagrosa, que residen mayoritariamente en los edificios situados en la confluencia de las calles Roi Páez y Canle, se quedarán de la noche a la mañana, como si de un desahucio se tratase, sin los garajes donde llevan depositando sus vehículos, en algunos de los casos, desde hace más de 30 años.
Entre el enfado y la estupefacción, estos vecinos han visto como desde la semana pasada, un obrero procedió a la instalación de una valla metálica que se completará hoy e impedirá un paso por la parcela por el que llevan pagando la correspondiente tasa municipal de entrada de carruajes desde finales de la década de los 70 del siglo pasado.
"La semana pasada, vinieron con una pala para cerrar diciendo que es propiedad privada cuando llevamos 40 anos y nadie dijo nada", señala Pablo, uno de los vecinos afectados, recordando que incluso pagaron por el rebaje que se realizó en la acera en 1989. Sin embargo, un cartel avisa sin medias tintas de lo que sucederá a partir de hoy: "Terreno propiedad privada. A partir del 23 de octubre procederemos al cierre completo, por lo que rogamos retiren sus vehículos para evitar problemas mayores". El riesgo está claro, no poder moverlos de allí a partir de hoy.
Tras pagar desde hace más de 30 años al Concello por el acceso, se han encontrado con que es privado y está siendo vallado
Al lógico enfado por tener que dejar a la intemperie sus coches, en una zona además con serios problemas de aparcamiento, los vecinos suman la indignación por la actitud del Concello, que religiosamente ha cobrado cada año la tasa, tanto por el paso por la acera como por el garaje, sin comunicarles en ningún momento que ese terreno no era de titularidad municipal, pese a que la administración ha atendido demandas de los propietarios de los garajes para pavimentar la parcela y cortar la maleza en varias ocasiones, defienden los afectados, que explican que en esa parcela también solían aparcar usarios del Auditorio o que se acercaban al barrio.
"¿A quién le estuvimos pagando, a dónde fue ese dinero? Pero lo que importa es que tenemos un problema muy grande", lamentan los vecinos, que han tratado de encontrar una solución en la Concejalía de Urbanismo sin éxito. "Nos mandaron de un sitio a otro hasta que una arquitecta nos explicó que esto es de titularidad privada desde el año pasado", insinuando un "problema urbanístico entre la empresa y el Concello del que nosotros somos víctimas".
Ante esto, no les queda otro remedio que buscar una salida judicial. Los vecinos se pondrán en manos de un abogado para tratar de hacer valer un derecho que consideran ganado. "Nos dicen que la vía es que denunciemos para conseguir el derecho de paso, es lo único que nos queda. La culpa es toda del Concello, eso lo tenemos clarísimo", aseguran mientras esperan soluciones para recuperar el uso de sus propiedades.