Se desploman un 60% las donaciones de particulares al Banco de Alimentos de Ourense

Quien no tiene no puede compartir. La inflación y el desempleo están mermando a gran escala las donaciones al Banco de Alimentos de Ourense, que en su último reparto no tuvo suficiente leche para cubrir toda la demanda. “Las aportaciones de particulares se han desplomado un 60% respecto al año 2019, antes de la pandemia”, se lamenta su coordinadora, Natalia González, que advierte que precisan productos de primera necesidad, como galletas, leche, cacao, azúcar, aceite y conservas. “Son alimentos que se pueden tomar sin cocinar y que sirven tanto para niños como para ancianos. La leche siempre resuelve”, señala. Más de 6.500 personas de toda la provincia son usuarias del Banco de Alimentos. Entre ellas, hay 170 niños de 0 a 3 años, y un millar de menores de entre 4 y 16 años. “El número de usuarios tiende a mantenerse estable, aunque durante este verano aumentaron bastante en Carballiño y en Celanova”, explica González. Las donaciones de empresas, industrias y asociaciones vecinales se mantienen respecto a 2019, pero han descendido un 45% en comparación con 2020. “La pandemia infló la solidaridad y ahora se ha desinflado, salvo algunas excepciones como Coren, que antes donaba producto congelado y ahora también fresco”, señala. Repartos de fruta La actividad es frenética en San Cibrao das Viñas porque toca reparto de fruta. “Repartimos frutas y hortalizas frescas cada 15 días; desde enero hemos distribuido 250.000 kilos en la provincia”, explica la coordinadora. Además, el Fondo Español de Garantía Agraria les entregó este año 292.000 kilos de productos no perecederos y en octubre repartirán los 183.000 que aún tienen en el almacén. Provenientes de donaciones de particulares y empresas, han recibido 118.000 kilos, de los que ya han distribuido unos 111.000. También participan en el Plan de recuperación de alimentos de supermercados. “Son productos aptos para el consumo, pero no para la venta, como una caja de galletas abollada. Así se evita que se tire comida. Desde enero recogimos 60.000 kilos de carne, lácteos, frutas, hortalizas y no perecederos. Los recogemos a diario y los entregamos el mismo día”, indica. Además de Natalia, en el almacén trabajan cinco voluntarios. Cuando necesitan más gente para clasificar alimentos, vienen unos 25 voluntarios, la mayoría jubilados; y en la Gran Recogida, participan unos 250. Los puntos de entrega de alimentos son numerosísimos: Cáritas parroquiales, el comedor social, asociaciones de sordos, residencias de mayores con pensiones mínimas, centros bíblicos evangélicos, centros ocupacionales para discapacitados y otras asociaciones benéficas. “Nuestra previsión es que el número de usuarios se mantenga estable, aunque en las parroquias hay más variación. Allí acuden a por alimentos inmigrantes, gente en riesgo de exclusión social y toxicómanos”, afirma la coordinadora. La Gran Recogida, el 25 y el 26 de noviembre en súpers La Gran Recogida de alimentos en supermercados de toda la provincia se hará los días 25 y 26 de noviembre. Las donaciones pueden hacerse en forma de productos no perecederos o aportando dinero en la caja del establecimiento. “La gente puede donar desde un euro, en función de sus posibilidades. Luego el supermercado nos entrega alimentos por valor de ese saldo donado. Y nos dejan elegir lo que más necesitemos”, explica Natalia González, coordinadora del Banco de Alimentos. Este nuevo método de donación se innovó durante la pandemia. “Todavía acabo de hacer una gran compra en Vegalsa con saldo donado en la Gran Recogida de 2021”, señala González, que acaba de repartir 8.000 litros de leche y no han llegado para cubrir la demanda. “Estamos a cero de leche; hace falta mensualmente. Y se puede tomar mañana, tarde y noche; la leche es una gran alternativa”, advierte.