El arrendador empaquetó sus pertenencias y precintó la vivienda porque le debían el alquiler

Detenido un hombre de 91 años por entrar en al piso de sus inquilinas y causarles destrozos

El impago del alquiler de un piso en la avenida de Santiago, a la altura del número 114, se volvió contra el arrendador, un hombre de 91 años que acabó siendo detenido en tanto que entró a la vivienda cuando no estaban sus dos jóvenes inquilinas y empaquetó todas sus pertenencias, arrojando incluso una alfombra por la ventana. Las arrendatarias aseguran que incluso hay efectos personales dañados. El hombre, tras salir de la casa, colocó un cartel advirtiendo que la casa había sido precintada por la Guardia Civil.
La enconada relación de un nonagenario vecino de la ciudad con dos inquilinas por el impago del alquiler le costó una buena sofoquina. Hasta el punto en que el arrendador fue quien acabó declarando ayer en el juzgado de guardia, denunciado por las arrendatarias. Manuel V.G., de 91 años, respondió de sendos delitos de daños y coacciones, con la posibilidad de que se amplíe a un allanamiento de morada a lo largo de la instrucción judicial.

La Policía Nacional lo detuvo en la tarde del martes cuando las dos jóvenes regresaron al domicilio y comprobaron que la puerta no abría. No sólo eso, ya que también había un cartel que advertía que la vivienda había sido precintada por orden de la Guardia Civil. Pero no en abstracto sino en nombre de un teniente al que le constaba el impago de varios recibos.

Casa cerrada

Las jóvenes requirieron la presencia del arrendador para que procediera a la apertura del inmueble, en la avenida de San tiago. Al entrar, su sorpresa fue mayúscula ya que todos su enseres estaban empaquetados sin orden ni concierto. Además, según el testimonio de las jóvenes, había productos estropeados, una alfombra había sido arrojada por la ventana y una videoconsola presentaba daños.

Pero, según la versión dada por el jubilado, su proceder carecía de intencionalidad. Al menos torticera. Manuel V.G asegura que acudió la piso y vio que estaba abierto, por lo que pensó que sus arrendatarias se habían ido y de ahí que decidiera guardar sus pertenencias de cara a ir desalojando la vivienda.

Según corroboraron los agentes, las inquilinas no pudieron acceder al piso porque la puerta consta de tres cerraduras y sólo tenían llave de una de ellas, ya que el propietario era la única que les había dado.

La Policía Nacional procedió su detención en la tarde para la confección de las diligencias en Comisaría y quedó en libertad por orden judicial, prestando declaración en la mañana de ayer. Quedó imputado en sendos delitos de daños y coacciones.


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