Devotos, pese al confinamiento

Un pequeño grupo de feligreses asistió a la misa del segundo Domingo de Pascua en la catedral de la ciudad, oficiada por el obispo. La celebración de la eucaristía se realizó con "normalidad", pero manteniendo la distancia.

La devoción está por encima del confinamiento. Cinco vecinos de la ciudad lo demostraron ayer, cuando acudieron a la catedral de la ciudad para celebrar el segundo Domingo de Pascua. 

Minutos antes de las doce del mediodía, los feligreses entraban, uno a uno, en el templo, donde se sentaron manteniendo cierta distancia preventiva, para evitar riesgo de contagios. "Pódese entrar?", preguntaba una vecina desde el exterior. Buena pregunta. 

El decreto del estado de alarma mantiene un pequeño vacío en lo relacionado a la asistencia de personas a los lugares de culto, siempre que no sean multitudinarios. No obstante, no se recoge de forma explícita que acudir a un centro de culto sea un motivo justificado para salir a la calle. Los obispos gallegos, entre ellos, el ourensano Leonardo Lemos, informaban el pasado 13 de marzo de que dispensaban a los fieles de la asistencia a misa, pero recogían que los sacerdotes podrán seguir celebrando la eucaristía, "siendo posible la asistencia de un pequeño grupo de fieles". 


Cierta normalidad


La celebración de la eucaristía se realizó con cierta normalidad, dentro de las medidas establecidas de prevención de contagios de coronavirus. "La catedral es ampliamente espaciosa, no se corre el riesgo de contagiarse", apunta Luis Vilallonga, uno de los devotos participantes en la eucaristía. 

El obispo Leonardo Lemos ofició la misa, acompañado de varios sacerdotes de la diócesis ourensana. Frente a él, los cinco devotos compartieron la celebración, una cita sin duda con cierto sabor agridulce, muy distinta de las habituales que tienen lugar cada domingo en la catedral de la ciudad. "Fue una eucaristía muy recogida, muy bonita. Especialmente en estas fechas señaladas se hace más necesario que nunca acudir a la iglesia", explica Vilallonga, que asegura que aunque al principio "se asustó" a causa del coronavirus, ve como "poco a poco" la situación está mejorando en la provincia. "Parece que estamos saliendo de lo peor, así que la normalidad se irá recuperando con el paso de las semanas", remarca este vecino de la ciudad.

Casi una hora después de entrar en el templo, los cinco feligreseses abandonaron el recinto, "alegres" después del pequeño impás de la cita religiosa, para regresar al confinamiento de sus domicilios. 

El próximo domingo, volverán, sin duda.

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