El día que lo condenan por un atraco Ourense queda en libertad

El Juzgado de lo Penal 2 de Ourense, ayer durante la vista. M.S.
photo_camera El Juzgado de lo Penal 2 de Ourense, ayer durante la vista. M.S.
El acusado estaba en prisión provisional por atracar a un menor y romperle la nariz, y ayer se conformó con una pena de dos años y seis meses de cárcel, que no debe cumplir si no vuelve a delinquir


Contra todo pronóstico, el pasillo de los Juzgados de lo Penal de Ourense se convirtió ayer en una fiesta. Los más de diez familiares del acusado por atracar y romperle la nariz a un menor, allí presentes, se pusieron a aplaudir cuando se enteraron de que esa misma tarde, pese a ser condenado, saldría de la cárcel. 

Los hechos enjuiciados ocurrieron el pasado 10 de enero, cuando Jesús P. M. atracó a un chico de 16 años a primera hora de la tarde en la calle Puente Codesal de Ourense. Dos personas que no han sido identificadas acompañaban al ya condenado y se encargaron de sujetar a la víctima por detrás, mientras él le daba puñetazos hasta romperle la nariz y un diente, y se hacía con el botín: 20 euros, un pendiente y una cadena.

La Fiscalía pedía inicialmente por estos hechos, constitutivos de un delito de lesiones y otro de robo con violencia, una condena de cinco años de prisión, siete años de prohibición de comunicarse o aproximarse a menos de 300 metros de la víctima y una indemnización de 5.724 euros.  

Eran las doce del mediodía y el juicio no empezaba. Estaba previsto que la víctima, aún menor de edad, declarase en una sala aislada, y el encausado, desde el centro penitenciario donde se hallaba en prisión provisional desde el 21 de enero. El abogado defensor llegó acompañado de más de una decena de familiares con caras largas, y entró solo en la sala de lo Penal 2 para hablar por videoconferencia con el investigado. Al cabo de un rato, salió e informó a los numerosos familiares de la posibilidad de llegar a un acuerdo que supondría la puesta en libertad de Jesús P. M. esa misma tarde.  “Sale ahora mismo de la cárcel”, les dijo el abogado, vestido con su toga negra. Los aplausos resonaron en los pasillos oscuros del edificio judicial.

LA MADRE RESPIRÓ

 Ya ante la jueza y con toda la familia dentro de la sala, el encausado reconoció los hechos y se conformó con una condena de seis meses de cárcel por el delito de lesiones y dos años por robo con fuerza. La Fiscalía no se opuso a la suspensión de la pena de prisión siempre que el condenado no vuelva a delinquir en los próximos dos años. La orden de alejamiento de la víctima se redujo a cuatro años, se mantuvo la responsabilidad civil y se sumaron seis meses de trabajos en beneficio de la comunidad. La madre del condenado respiró con alivio.

La víctima, que ahora tiene 17 años, tuvo que abandonar su puesto de trabajo y caminar durante un cuarto de hora hasta los juzgados para acudir a la vista, aunque finalmente no le pidieron que declarase al llegar las partes a un acuerdo de conformidad.

 Los familiares del condenado se marcharon del lugar como la gente se marcha de una fiesta y el chico agredido también debió de irse, aunque no se le vio en ningún momento. 

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