La diabetes tipo dos, una “pandemia silenciosa" que suma cada vez más casos

Los nuevos hábitos de vida son el peor enemigo de la diabetes. Esta enfermedad crónica, que se padece por los altos niveles de glucosa en sangre, sufre en los últimos 40 años un aumento constante de los diagnósticos, especialmente en el de tipo dos que afecta a personas de más de 40 años. "Los hábitos han cambiado muchísimo, ahora la vida es más sedentaria y la alimentación no es equilibrada, en la que se abusa de precocinados y procesados", explica Paz Gómez, presidente de la Asociación Diabética Auria. La mortalidad en Ourense relacionada con enfermedades endocrinas como la diabetes, es la séptima causa de fallecimientos que aumentó un 30% desde 1980 a 2018, según el Instituto Nacional de Estadística: "Esta sí que es una pandemia que no se va", matiza Gómez. La primera se vincula a las cardiovasculares, con pacientes que pueden ver agravada su condición si padecen diabetes: "La asociamos a la ceguera, a problemas de riñón o a amputaciones de miembros, pero causa más problemas cardiovasculares de los que pensamos", afirma Gómez. La Organización Mundial de la Salud, ya en 2016 , se hacía eco del aumento de estos enfermos crónicos y de catalogarla como la séptima causa de muerte en el mundo. En España, se contabilizan seis millones de personas diagnosticadas y un 13% de gallego la padece, cifra similar a la crónicos de esta enfermedad en la provincia. Sin diagnóstico La diabetes de tipo uno, frecuente en menores de 30 años, cuenta a su favor con "mayor seguimiento" desde el diagnóstico. Por otro lado, la de tipo dos es la más común, que se da en personas de mayor el edad y eleva la mortalidad por sus complicaciones: "Esta la tienen el 97% de personas con diabetes y puede que casi el 50% no esté diagnosticado", detalla Gómez. Este tipo de diabetes actúa sin síntomas, silente, por lo que va dañando órganos hasta el momento del diagnóstico: "Si no tienes preocupación con los hábitos y no haces controles rutinarios, avanza sin control ni diagnóstico", indica Gómez. Muchos de ellos ni siquiera precisan de insulina como tratamiento, solo un control sobre alimentación y hacer algo de ejercicio, mejorables. "La mayoría pasan por los médicos de Atención Primaria con analíticas de sangre en ayunas, sin acudir al endocrino ", comenta Gómez. La presidenta de la Asociación Diabética Auria reivindica que, aquellos que no necesitan de insulina, "no tienen derecho a tiras para controlar el azúcar". Sanitarios especializados para los centros de salud La Asociación Diabética Auria al igual que la Federación Española de Diabetes reclama la presencia de profesionales especializados en esta enfermedad dentro de los centros de salud. "Pedimos educación y formación para los profesionales. Necesitamos que se reconozca a la enfermera educadora en diabetes para que una persona diagnosticada pueda comer de todo", afirma Paz Gómez. Reivindican la figura de este sanitario al menos uno por centro de salud, además de reconocer su función, para que pueda acompañar a los enfermos crónicos y mejorar su calidad de vida. "Lo importante es compensar y para eso se debe conocer qué puede afectar más a los niveles de azúcar, por lo que la educación es fundamental", señala Gómez. Esto mejoraría la situación de los diabéticos al saber realmente qué alimentos son mejores o peores. n