ENTREVISTA

Josué Nanín: “Es difícil que crean que buscamos hacer un coche de altas prestaciones"

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photo_camera Josué Nanín Calvo, coordinadorr del equipo UVigo Motorsport.

Un grupo de estudiantes de la Universidade de Vigo buscará emprender en abril una aventura inusual: participar, con un vehículo monoplaza de su propio diseño y fabricación

Un grupo de estudiantes de la Universidade de Vigo buscará emprender en abril una aventura inusual: participar, con un vehículo monoplaza de su propio diseño y fabricación, en sendas pruebas en los prestigiosos circuitos de Silverstone (Inglaterra), Hockenheim (Alemania) y Montmeló (España), en el marco de la "Formula Student". Son el proyecto "UVigo Motorsport", que la pasada semana recibió el apoyo económico de la Diputación, que les aportará 6.000 euros lo antes posible para hacer frente a un campeonato en el que participan equipos millonarios. El ourensano Josué Nanín es su coordinador.

¿En qué consiste el proyecto “UVigo Motorsport"?

Es un proyecto que nace con el objetivo de competir en la "Formula Student", un torneo interuniversitario de carácter mundial que tiene este nombre en Europa. En América, donde recibe la denominación de "Formula SAE", comenzó a finales de los años ochenta, mientras que aquí lo hizo en 1998. Su condición de interuniversitaria implica que solo participan estudiantes, mayoritariamente de Ingeniería, y en concreto de Ingeniería Industrial.

¿Cuál es el objetivo de la competición?

Es ser capaces de crear un vehículo de altas prestaciones. Lo que se busca es diseñar y construir un monoplaza con una serie de limitaciones que van desde la cilindrada hasta el tamaño de la emisión del aire. Además, tienes que hacer sistemas de deformación en el morro y testearlos o construir el coche de modo que sea capaz de recibir cierta cantidad de impactos sin deformarse.

¿Se presta especial atención a algún aspecto técnico en concreto?

Uno de los temas que más preocupa en esta competición es la seguridad, porque los pilotos no son profesionales, son miembros del propio equipo, es decir, gente joven con coches muy rápidos y peligrosos. El planteamiento consiste en llevar la competición menos al ámbito del motor y más hacia el de la propia Ingeniería: ser capaces de desarrollar y maximizar un vehículo para intentar competir, según el presupuesto que se tenga. Hay universidades que cuentan con más de un millón de euros para ello, lo que convierte en irrisorias las cuentas de otros equipos como puede ser el nuestro, así que nosotros buscamos la mejor relación calidad/precio posible.

¿Cómo se constituyó su equipo?

Nace de cuatro amigos a los que siempre les gustó el tema de la automoción y que se les ocurrió competir en la "Formula Student". Se pusieron a buscar a gente enfocada hacia el márketing y la electrónica, y me lo propusieron a mí para este último ámbito. En cuanto a fechas, estamos hablando de octubre-noviembre de 2013.

En 2014 completaron el diseño del monoplaza y ahora se encuentran trabajando en su construcción. ¿Cómo se está desarrollando esta fase?

Al no tener casi presupuesto ni experiencia, es casi obligatorio trabajar todo el rato con simulaciones, hacer cálculos y plantear todos los posibles escenarios. En la fase de construcción, intentas adaptar todas las piezas existentes para tu vehículo, ya que las que te puedan hacer por encargo son carísimas. Lo que se busca es usar las mejores piezas posibles dentro del mercado y pedir solo que nos construyan aquellas para las que no encontramos recambio idóneo; así hemos solicitado las piezas de la transmisión o las manguetas, o hemos comprado a una empresa estadounidense el acero.


Desde un punto de vista global, ¿que es lo más difícil de este proyecto?

En el primer momento, lo más complicado es que la gente te crea. Al final, somos gente joven que nos habíamos planteado como meta un presupuesto de 60.000 euros, que es mucho dinero. Hay que conseguir financiación, y es muy difícil convencer a una empresa y a la propia Facultad de que no es una ocurrencia pasajera; esto nos costó mucho. Una vez superado este obstáculo, diseñar algo que nunca habíamos hecho a este nivel y con una exigencia de conocimientos muy superior a los universitarios también es difícil, y por último, el ser conscientes de que este trabajo en equipo tiene que llegar a la realidad y, por tanto, no puede fallar en ningún aspecto.

El equipo busca participar en tres de las pruebas del campeonato. ¿Cómo se desarrolla éste?

El sistema de competición es bastante peculiar, digamos. Tiene circuitos por todo el mundo: Brasil, Estados Unidos, Japón..., así que podíamos pensar que es un campeonato en el que tienes que presentarte a todas, pero ningún equipo se puede comprometer a hacer eso; lo que hace casi todo el mundo es elegir unos pocos circuitos que tengan algún interés particular. A excepción de la Universidad Politécnica de Cataluña, el resto de los equipos españoles se ha inscrito en una o en dos, pero nosotros hemos querido ser ambiciosos y buscamos intentarlo con tres. Así volvemos más tentador el proyecto para aquellas empresas que nos puedan patrocinar: vendemos imagen para conseguir financiación, y esto es parte del encanto del propio proyecto.

¿Qué objetivos se marcan para estas tres pruebas?

Intentar ganar es muy difícil por esas diferencias extremas de presupuesto, aunque no todo es dinero. Queremos hacerlo bien y ser de los españoles mejor posicionados. El objetivo de terminar las tres no es tan fácil como parece, pero si pudiésemos quedar de la mitad de la tabla hacia arriba sería un gran logro para un equipo de primer año, la gran sorpresa.

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