Acusa a su amigo de violarla en Carballiño: “Le dije que no, pero me quitó la ropa, me quedé quieta y lloré”

photo_camera Dos horas y media duró ayer el juicio en la Audiencia Provincial de Ourense, que sentó en el banquillo de los acusados a Manuel A.V. por un presunto delito de abuso sexual con acceso carnal a una amiga en O Carballiño por el que la acusación particular pide una pena de diez años de cárcel y la Fiscalía, seis. 

La acusación particular solicita diez años de cárcel para el acusado de abuso sexual a una amiga en O Carballiño

 

Desolador, tenso y muy largo. Dos horas y media duró ayer el juicio en la Audiencia Provincial de Ourense, que sentó en el banquillo de los acusados a Manuel A. V. por un presunto delito de abuso sexual con acceso carnal a una amiga en O Carballiño por el que la acusación particular pide una pena de diez años de cárcel y la Fiscalía, seis. 

Frente a la frialdad y tranquilidad del denunciado, la víctima, oculta tras un biombo, no dejó de llorar y temblar durante toda su declaración. Los hechos investigados se remiten a la tarde del 1 de febrero de 2020, cuando, según todas las partes, la mujer, de profesión peluquera, y el hombre, representante de productos de peluquería, quedaron en la estación de tren de esta localidad ourensana dado que tenían una relación de amistad.

“Éramos amigos desde hace 20 años y quedamos para tomar algo, pero, como era muy temprano, le dije que fuéramos a mi casa. Allí empezamos a tontear y surgió el encuentro sexual. En ningún momento me dijo que parase. Fue una relación tranquila por parte de ella; las hay más descaradas y atrevidas”, declaró ante el tribunal el encausado, que aseguró que, en total, mantuvieron dos relaciones sexuales en un espacio de tiempo de una hora y media.

Entre sollozos y con voz entrecortada, la víctima dijo que había quedado con el hombre porque ella quería ponerse a trabajar como peluquera y él tenía contactos en muchos salones. “Me dijo: vamos a mi casa y te presento a mi familia. Cuando llegamos allí, solo estaban los perros”, explicó la mujer, que declaró que se sentaron en un sofá y él le empezó a tocar la espalda. “Le dije que creía que estaba equivocado y él me contestó que si prefería tener relaciones con desconocidos o con un conocido. Me fui al baño porque me quería escapar”, afirmó la denunciante.

 La mujer reconoció que se quedó bloqueada, no supo reaccionar y lo acompañó a la habitación porque “sabía que estaba perdida”.  Una vez en el cuarto, la tumbó en la cama, afirmó. “Le dije que no, pero me quitó la ropa. Me quedé quieta, como un muñeco, con los brazos sobre el pecho, y no paré de llorar”, recordó la víctima, que declaró que sufrió dos penetraciones vaginales durante una hora. “Le dije que iba a estropear una relación de amistad, pero no atendió a razones”, señaló.

La víctima indicó que aquella tarde nadie sabía dónde estaba, salvo una prima que sabía que iba a Carballiño. “Él me dijo que me quedara a dormir, que nadie me iba a reclamar, y eso me bloqueó. Le dije que me quería ir a casa, pero insistió en ir a cenar”, aseguró la perjudicada, que declaró que comió algo en el restaurante, aunque luego lo vomitó en el baño.

La mujer confesó que tardó cuatro días en denunciar porque tenía miedo y solo lo hizo cuando fue al médico de cabecera a hacerse unas pruebas de embarazo y este le recomendó denunciar los hechos.

El perito que declaró como testigo aseguró que hallaron semen con ADN del acusado en ropa interior de la víctima hallada en su domicilio y que la exploración física y psicológica de la mujer era coherente con dos relaciones sexuales no consentidas. “Ella estaba pasando por una depresión debido a la muerte de sus padres por cáncer, y se bloqueó y no supo reaccionar”, añadió.

La prima de la víctima, que dijo ser como su segunda madre, declaró, también entre sollozos, que esta la llamó por teléfono y le dijo algo sobre un abuso. “Me fui a verla desde A Estrada. Estaba muy nerviosa, llorando y diciendo que estaba sucia. Dormí con ella esa noche, pero estaba fatal y luego me la llevé a mi casa”, explicó esta testigo,  que dudó de que la hubieran drogado. “No estaba consciente al cien por cien, no tenía fuerza y estaba bloqueada. Creo que le dieron algo”, indicó.

La psicóloga de la víctima aseguró ante los jueces que la atendió el 7 de febrero, seis días después de la presunta violación. “Es posible que sufriera una crisis de ansiedad paralizante, que la dejó bloqueada y sin capacidad para reaccionar. Ella manifestó su contrariedad a lo que ocurrió, pero no fue capaz de salir corriendo”, aseguró esta especialista, que ahora la trata de estrés postraumático. “No quiere hacer nada, tiene pensamientos amenazantes, miedo a encontrarse con su violador y nula vida social”, explicó.

La defensa

El abogado del enjuiciado reconoció que la víctima no quería una relación sexual, pero basó su defensa en que Manuel A. V. “no se apercibió de que ella no la consentía porque durante una hora y media no hubo nada extraño y luego se fueron a cenar. Creemos que se bloqueó y no transmitió su rechazo al acusado”, concluyó.

La Fiscalía solicitó una pena de seis años de cárcel, siete de libertad vigilada, ocho de alejamiento, una indemnización de 6.000 euros a la víctima y de 361 euros al Sergas. Por su parte, la acusación particular pidió 10 años de prisión, 12 años de alejamiento y 30.000 euros de indemnización. 

Según la fiscal, si en este caso se aplicara la nueva Ley del solo sí es sí, la pena solicitada podría ser mayor. “La pena máxima de la ley vigente en el momento de los hechos es de diez años y con la nueva ley sería de doce años”, señaló.

Te puede interesar