SOCIEDAD

La Diócesis dedica a acción social el 25% de sus fondos

OURENSE (ROUPEIRO C..RITAS). 06/06/2018. OURENSE. El obispo Leonardo Lemos bendice el nuevo ropero de C..ritas Diocesana. FOTO: ..SCAR PINAL..
photo_camera Visita del obispo a un ropero de Cáritas.

El Obispado pide marcar la "X" en el IRPF, acción que reporta tres millones

La Diócesis de Ourense reivindica la importancia de marcar la X a favor de la Iglesia en la declaración de la renta. El Obispado perdió 385 contribuyentes en 2017 respecto al IRPF de 2016 y llama a los ciudadanos a apostar por esta casilla que implica que el Estado destinará al sostenimiento de la Iglesia católica el 0,7% de la cuota íntegra del IRPF correspondiente a los contribuyentes. ¿Para qué? Una de las actividades a las que destina más dinero el Obispado es la caridad. Casi dos millones de euros de los ocho que gasta la Diócesis van para acciones sociales, en las que se incluye Cáritas.

"La soledad es la gran pobreza del rural", sentencia Raúl Alfonso González, delegado episcopal de Economía, que destaca en esa actividad caritativa la labor que se realiza en las parroquias.

La parte solidaria es el segundo gasto al que hace frente la Diócesis, después de las actividades de pastoral. En una provincia en la que se acentúa el envejecimiento y la despoblación, desde el Obispado inciden en las "necesidades" del rural que quedan cubiertas, en parte, gracias a los contribuyentes. Con todo, la Iglesia ourensana obtiene de la casilla de la X tres millones de euros. Solo la parte solidaria supone un importe de 1,9 millones.


Cáritas parroquial


"El trabajo social es importante y a veces no se valora. El acompañamiento en el rural cuando hay enfermedades, fallecimientos, familias con necesidades... Es muy importante. Cáritas parroquial atiende a 15.000 personas en la provincia", subraya el delegado episcopal de Economía.

Proyectos destinados al envejecimiento activo y al ocio de los mayores del rural se incluyen en la cobertura social que realiza la Diócesis . Pero siguen las necesidades básicas. "Comida, alojamiento, ropa... Ha habido una involución de las necesidades caritativas. Se ha vuelto a las necesidades primarias. Parroquias que tienen que pagar la luz, los recibos de la gente... El ropero sigue funcionando mucho, por ejemplo", cuenta Raúl Alfonso. También el comedor social de la ciudad, que atiende a más de 2.000 personas al año. La cronificación de la pobreza–personas que no logran salir de ese estado–es una realidad en Ourense.

Un total de 120 misioneros ourensanos por el mundo completan el proyecto solidario. 

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