El Obispado quiere recuperar ingresos y evitar el costoso mantenimiento de sus propiedades
"Las casas rectorales no tienen un cartel de se vende, pero estamos dispuestos a escuchar ofertas para venderlas o alquilarlas". Raúl Alfonso González, delegado episcopal para asuntos económicos de la Diócesis de Ourense lo tiene claro: el Obispado en estos momentos se desprende de sus activos inmobiliarios sin uso, y la mayoría de las rectorales lo están. Prácticamente todos los bienes de la iglesia, salvo los lugares de culto, tienen el cartel de transferible, susceptibles de ser enajenables. Y es que la Iglesia trata de conseguir dinero para el mantenimiento de la propia institución, pero también evitar sumar más gastos.
Pese a que no hay cifras exactas, la diócesis calcula que puede haber unas 700 casas rectorales distribuidas en las más de 300 parroquias, pero no todas están en el mismo grado de conservación. También la tasación económica está en revisión. Raúl Alfonso reconoce que hay una valoración "que se hizo hará unos quince o veinte años pero los precios estaban fuera de la realidad".
Sin embargo, el procedimiento de enajenación de este tipo de bienes no es sencilla. Pocas son las que están ocupadas por un sacerdote, por lo tanto estas quedarían a salvo. Le consta a la diócesis que "muchas han sido cedidas a asociaciones de vecinos u otros colectivos" y por lo tanto las cesiones se respetarían, pero la mayoría podrían cambiar de mano. Sin embargo, el proceso de venta tampoco es inmediato ya que, como explica el delegado de asuntos económicos, "primero hay que escuchar al párroco y luego es un consejo el que decide las ventas, pero está claro que estamos dispuestos a escuchar toda clase de ofertas". Reconoce Raúl Alfonso González que "el sector algo se está moviendo y estamos comenzando a recibir ofertas", que prefiere no desvelar la identidad de los compradores.
Alquilados el viñedo y la bodega de “Seminare"
Uno de los activos inmobiliarios de los que se desprendió la diócesis es el viñedo, la casa y la bodega anexa a la iglesia parroquial de San Eusebio, en Coles. El responsable de asuntos económicos confirmó ayer que se había conseguido alquilar estas propiedades después de meses en espera de algún postor. El conjunto lo forman una casa rural con una superficie construida de 1.044 metros cuadrados, una bodega enterrada en los aledaños de la iglesia, con una producción estimada de 70.000 litros, así como tres hectáreas de viñedos en las que se plantaron en su momento variedades de uva como godello, treixadura y albariño. La diócesis presentó en el año 2010 este proyecto (que llegó a comercializar el vino marca Seminare) como un ejemplo de economía social, pero no cuajó. Esta propiedad es una de las que ha comercializado la inmobiliaria Solvia, cuyo contrato está pendiente de renovación.
