EN OURENSE

La Diócesis prevé reorganizarse ante la falta de relevo sacerdotal

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photo_camera Hildebrando Gaviria y José María Romero ante el obispo Leonardo Lemos, el día de su ordenación el pasado 11 de junio.

La provincia tenía un solo cura con 10 parroquias hace 20 años y a día de hoy superan ya la decena

La Diócesis de Ourense busca soluciones ante el descenso de vocaciones y las dificultades cada año crecientes para lograr la tasa de reposición de su plantilla de sacerdotes. Buena muestra del problema es que hace escasamente 20 años, tan sólo un sacerdote en toda la diócesis tenía a su cargo 10 parroquias, y ahora son ya 12 los curas que deben atender 10 o más parroquias. En total, hay 302 sacerdotes en la Diócesis de Ourense, de los que 196 atienden las 735 parroquias existentes.

Aunque de momento no se han producido problemas para atender servicios esenciales como es el caso de los funerales -que en otros puntos de la península, como ocurre en el País Vasco, ya han empezado a resentirse-, "sí que hay un grave problema de relevo generacional", apunta Jorge Estévez, responsable de comunicación del Obispado de Ourense. Reconoce que "cada vez serán más los sacerdotes que deban atender 10 o más parroquias".

En este sentido, Estévez recuerda que "casi 50 sacerdotes en activo superan los 80 años en este momento", con lo que por motivos de edad es un importante número de curas el que está llamado a causar baja a medio plazo. Esto va unido al hecho de que, aunque los últimos dos años hubo, curiosamente, tantos fallecimientos como ordenaciones -dos en 2017 y tres en 2016-, "lo habitual es que sean bastantes más los fallecimientos que las nuevas ordenaciones", confirma el responsable de medios del Obispado.

La situación se complica cada vez más, hasta el punto de que desde hace unos 15 años "en algunas parroquias hay ya seglares que los domingos presiden las celebraciones, no la misa, pero sí reúnen al pueblo, hacen las lecturas, rezan juntos y reparten la comunión en los pueblos en ausencia de presbíteros", señala Estévez, que explica que "para ello se forman previamente".

Dada la situación, uno de los asuntos centrales que se tratará en el próximo sínodo será "una posible redistribución de la diócesis", con la reagrupación de algunas de ellas como solución de futuro, aunque Estévez matiza que "es un tema difícil porque los feligreses tienen en esas parroquias sus tumbas, los libros, etc.".

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