Ourense se caracteriza por estar repleto de zonas de baño en las que diluir el excesivo calor que a la provincia distingue en esta temporada.
Aluvión de calor y de vacaciones en toda la provincia. Niños por doquier invaden los pueblos una vez las puertas de los colegios han visto salir corriendo al último de ellos; niños con mucho tiempo libre, y con muchas ganas de diversión. Lo mas habitual en esta época, incluso lo más lógico dada la despiadada meteorología reinante, es buscar el consuelo del agua ante el calor: piscinas, públicas o en viviendas, y zonas fluviales, se convierten en los focos de la peregrinación veraniega.
Ourense se caracteriza por estar repleto de zonas de baño en las que diluir el excesivo calor que a la provincia distingue en esta temporada. Cada concello tiene una o más piscinas de carácter público, así como zonas de baño en ríos o embalses, que presentan condiciones apropiadas para su uso y disfrute. No obstante, toda recomendación acerca de la prevención es escasa: con el verano apenas estrenando hojas de su calendario, ya la tragedia ha hecho su aparición, y un niño ha fallecido mientras nadaba en el río miño, en la frontera entre Galicia y Portugal.
Una clave para preservar la seguridad es evitar comportamientos temerarios, y seguir una serie de pautas casadas con la lógica, para evitar cualquier clase de infortunio. Según datos del Ministerio de Sanidad, en Ourense han fallecido 25 personas en los últimos 14 años por ahogamiento accidental, siendo 2004 un año preñado de fatalidad, con cinco. En primer lugar, esta clase de incidentes suelen caracterizarse por la elevada rapidez con que ocurren y por ser un episiodio silencioso. Un punto importante: no pierda nunca el contacto visual con la persona que se está bañando, más aún si se trata de un menor.
En segundo lugar, una serie de medidas de seguridad acerca de como comportarse en una zona de baño, así como las acciones que por norma no se recomiendan, es conviente tener en cuenta. Un altísimo porcentaje de lesiones medulares en deportes acuáticos ocurre por saltos de cabeza sin la debida precacución. No se zambulla de cabeza si no conoce la profundidad; ni lo haga empleando para ello una superficie elevada como balcones, puentes o árboles. Evitar correr por los bordes de una piscina, o juegos peligrosos como empujar o hundir son también pautas a tener muy en cuenta.
Cada piscina o zona de baño debería de cumplir con unos mínimos requisitos de seguridad, desde el suelo antideslizante, hasta la presencia de un botiquín de primeros auxilios, un par de salvavidas rígidos con cuerda y una pértiga de salvamento, o un teléfono para evitar ausentarse del recinto y para ser empleado en caso de emergencia. Cuando la piscina no se encuentre en uso, cubrir su superficie para evitar caídas accidentales es lo mas recomendable. Por último, conocer maniobras de primeros auxilios supone una un recurso importante ante la aparición de cualquier imprevisto.
Ante la exposición solar, nunca se ha de insistir lo suficiente acerca del pernicioso efecto que las rubias saetas tienen sobre su epidermis. Así, modere el tiempo que pasa cada día bajo el sol, en especial enlas horas de más calor; y emplee una protección que le sirva para contrarestar los efectos de los rayos solares sobre su piel.
Presentado este abanico de recomendaciones y prudentes consejos, saque usted el suyo propio y aleje el calor; disfrute del verano que le espera por delante, eso sí, nunca descuide una prudencia que no riñe con el disfrute y la diversión.
