La Fundación Amigos de Galicia se defendió ayer ante la decisión de la Consellería de Sanidade de prohibirle la distribución de productos perecederos, argumentando que en ningún momento entregaron productos caducados. Su director xeral, Jesús Busto, reconoce que en las tres naves que tienen en San Cibrao das Viñas hay almacenados productos, en su mayoría botes de tomate, judías y melocotones, que están caducados, pero no eran para ser entregados, "se iban a destruir. Están almacenados desde 2015 y quizás ya tendríamos que haberlos destruido, pero con la infraestructura que tenemos no hubo tiempo", apuntó.
Jesús Busto argumenta que algunos productos, como leche, los reciben de empresas cuando ya queda poco tiempo para que caduque, "pero se lo explicamos a los beneficiarios para que les consumen y hasta el momento no hubo ningún problema, ninguna intoxicación", aseguró Bustos.
La Fundación está siendo investigada por parte de la Fiscalía de A Coruña. Agentes del Seprona de la Guardia Civil inspeccionaron en los últimos días sus instalaciones en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) y en San Cibrao ante la sospecha de que están en malas condiciones para almacenar los productos.
Jesús Bustos argumentó ayer que en Ourense atienden a más de 260 familias, cifra que se le disparó en los últimos dos años. "Las naves que tenemos nos las prestaron", explica el director xeral de la Fundación Amigos de Galicia, puntualizando que intentan socorrer al máximo posible de personas necesitadas, "aunque a veces no disponemos de la infraestructura que nos gustaría tener. Los recursos son los que son, pero nunca llegamos a distribuir alimentos en mal estado o que estuvieran ya caducados", asegura Bustos.
