Después de 20 años sin templo, las monjas de clausura del monasterio de San José de las Clarisas de Vilar de Astrés estrenan iglesia este domingo, en una cita que esperaban con ilusión y nervios
El monasterio de San José de las Clarisas de Vilar de Astrés vive estos días jornadas de intensa actividad. A las obras de construcción del templo religioso del convento, que empezaron hace más de seis años, ya solo les quedan las últimas pinceladas, el sprint final.
"Está todo revuelto porque son las prisas de última hora, todo tiene que estar listo para el domingo", explica sor Ángeles, la madre superiora del convento. A la derecha del edificio de la entrada, se erige el templo, casi terminado. Alrededor de la zona, varios obreros acondicionan el terreno con palas, donde en un futuro habrá césped. A través de una puerta lateral, sor Ángeles sortea a los diferentes trabajadores, que lijan los materiales que quedan por colocar y preparan cada rincón de la iglesia para su apertura. "Aquí se situará el altar mayor, en esta parte estaremos nosotras, separadas porque somos de clausura, y en frente, el pueblo", dice la madre superiora mientras señala las diferentes zonas, que a día de hoy están todavía vacías.
"Necesitábamos la iglesia, pero cuando se construyó el monasterio no podíamos permitirnos su edificación", comenta. Mientras tanto, la sala del locutorio del convento funciona también como templo religioso, donde el capellán, Francisco Prieto, oficia la misa de las monjas desde hace años. "Así estaremos más cómodas y también podremos acoger a los fieles, porque en días como el de nuestra patrona era imposible que todos entrasen en la capilla", apunta. El nuevo espacio se hizo posible gracias las aportaciones de muchos benefactores: "Cada uno, como pudo. Hubo quien lo hizo a través de la compra de objetos de diverso tipo y también hubo quien donó dinero directamente".
Entre el ruido y las máquinas, sor Ángeles se acerca a la colorida vidriera que adorna una de los laterales de la iglesia, que ayer se terminó de colocar. "Hemos visto todo el proceso desde que empezó, lo visitamos en nuestros recreos y también los domingos. Ha sido algo muy especial para todas y tenemos muchas ganas de ver el resultado final", comparte. La inauguración oficial tendrá lugar el domingo, en la misa de 17,00 horas, que será oficiada por Leonardo Lemos, obispo de Ourense.
En la parte de detrás de la iglesia, después de la sacristía, se puede acceder a las escaleras que conducen a la torre del templo y también a la parte de atrás, donde estos días se encuentra el equipo de tallistas ultimando el mobiliario de la iglesia. Cada pieza está realizada a partir de madera de olivo, tal y como se le ocurrió a Sor Ángeles. "Hace mucho tiempo vi un altar hecho a partir del tronco de un árbol y me gustó mucho, así que le comenté la idea a las hermanas y estuvieron de acuerdo", dice. Los dos olivos llegaron más tarde, gracias a Viveros Alecrín. José Antonio Martínez Machado, uno de los tallistas, recibió la llamada del convento y no dudó en decir que sí a la aventura. El altar mayor, la pieza sobre la que descansará el sagrario, el lambón (desde el que se realizan las liturgias), el reposa candelabros y la base de la custodia están casi terminados. "Ya le dije a la madre que si nos pone una cama, ya dormirmos ahí, para trabajar durante todo el día", bromea Martínez.
Piezas centenarias para el interior
"Mientras veía a José Antonio tallar el tronco yo le decía: No deshagas la obra de Dios", explica sor Ángeles. "A lo que yo respondía: No estoy quitando nada más que lo que le sobra", contesta Martínez. El trabajo con la madera del mobiliario, que empezó hace mes y medio, está siendo intenso, pero el tallista reconoce que la satisfacción también: "Son piezas espectaculares por la belleza del olivo, lo único que teníamos que hacer era encontrar las piezas dentro de la madera". De los dos árboles, el más grande se utilizó para las piezas más necesarias, y el pequeño se usará para diversos detalles de decoración. "Teníamos muchas ganas de hacer esto, y por eso está saliendo tan bien, por el cariño que le ponemos", afirma.
