Fenosa, denunciada por Coto do Frade, se escuda en que cumple las exigencias de la Xunta

Los ecologistas creen factible salvar las anguilas en Frieira

El embalse de Frieira está situado entre las provincias de Ourense y Pontevedra. (Foto: MARTIÑO PINAL)
La denuncia presentada por la asociación ecologista Coto do Frade do Ribeiro ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Ourense en relación a la central hidroeléctrica de Frieira y la imposibilidad de que las anguilas remonten la presa para cumplir con su ciclo biológico vuelve a poner de manifiesto una asignatura pendiente en el medio ambiente ourensano.
Uno de de los denunciados ante la fiscalía es Gas Natural Fenosa, empresa que gestiona la presa y que ayer se limitó a precisar que cumple con los requisitos legales, que hace lo que le manda la Xunta y que, en todo caso, la concesión caduca en el 2050. Las otras dos instituciones denunciadas, la Consellería de Medio Ambiente y Confederación Hidrográfica del Miño-Sil han declinado manifestarse al respecto, limitando su reacción al silencio, pese a que las acusaciones precisan que no ha tomado medidas para garantizar la vida piscícola en el río Miño en este embalse, en funcionamiento desde 1970. Y los ecologistas inciden de forma especial en el peligro que corren las especies migratorias como la anguila, el salmón, la lamprea, el sábalo y la trucha, que son las más perjudicadas.

Precisamente, Coto do Frade se constituyó como asociación poco después de realizar el trasvase manual de las anguilas por primera vez en 1995 de la mano de un grupo de voluntarios y en un intento de preservar la supervivencia de esta especie. Esta acción, que se prolongó durante los años sucesivos, además de las reiteradas reclamaciones de una solución, fue lo que motivó la construcción de una escala para que los peces pudiesen pasar de un lado a otro de la presa.

Sin embargo, la medida no resultó efectiva, por cuyo motivo la empresa hidroeléctrica lo intentó por segunda vez utilizando una nasa, que tampoco solucionó el problema. La tercera medida fue mediante un teleférico, que al cabo de dos años fue destruido por una riada. Pese a todo, la central obtenía en el 2005 autorización de la Xunta para el aprovechamiento del caudal ecológico.

Coincidiendo con la ampliación de las instalaciones, se puso en marcha el último artilugio destinado a las especies migratorias y que es el que está en funcionamiento en la actualidad. Consiste en desviar a los peces hacia un pasadizo que conecta con un ascensor. Seguidamente se recogen en unos recipientes y se trasladan en furgonetas para repoblar otros ríos, siempre bajo la supervisión de Medio Ambiente.

No obstante, los ecologistas consideran que este sistema no es suficiente porque solamente se realiza dos días a la semana y durante los meses de julio y agosto.


MENOS PRODUCCIÓN

El vicepresidente de Coto do Frade, Braulio Estévez, apunta que la solución pasaría por 'realizar un proyecto de ingeniería serio y bajar la potencia de la central para favorecer la población piscícola, en detrimento, claro está, de la producción eléctrica'.

Hace dos años la Xunta prohibió el remonte manual de las anguilas y, dado que considera que se está causando un daño biológico importante, la entidad decidió presentar esta denuncia, solicitando la incoación de un expediente de caducidad de la concesión de la explotación hidroeléctrica con vistas a su posterior derribo.

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