COMERCIO LOCAL

El “okupa" de la Alameda

Abastos
photo_camera Cuatro vecinos descansan en un banco de la Alameda, frente a la edificación temporal y los camiones de mercancía, ayer por la mañana.

Desde junio de 2017, cuando empezaron las obras del edificio provisional de la Praza de Abastos, los vecinos del céntrico parque han visto reducido el espacio de ocio a menos de la mitad. "Isto é unha vergoña", aseguran.

En la Alameda de la ciudad casi no hay hueco para pasear. Los niños que solían correr y patinar por el pasillo central ya no tienen donde divertirse y los vecinos han quedado relegados a menos de la mitad del espacio lúdico. Desde junio de 2017, el lugar está "okupado" por el edificio provisional que alberga a los comerciantes de la Praza de Abastos –inaugurado más de ocho meses después de lo prometido–. El concurso de las obras de la plaza, todavía sin adjudicar, ofrece poca esperanza a los vecinos y locales cercanos, así como a los propios placeros, que desconocen cuándo volverán a su localización original.

"Esto é unha vergoña", resume un grupo de hombres que se reúne en el poco hueco que queda en el parque para uso de los ciudadanos. "Aquí sábese cando comezan as obras, pero nunca cando acaban. Isto é unha zona de recreo, pero temos o parque invadido, e así seguirá", aseguran dos vecinos de la zona. Muchos critican la gestión municipal y se preguntan por qué no han arrancado todavía las obras: "O edificio aquí moléstanos a todos, pero parece que a ninguén lle importa. A culpa témola en parte os cidadáns, que non nos queixamos deste tipo de cousas e deixamos que a cidade esté así". 

Los vecinos también reclaman a la administración local un mejor mantenimiento del céntrico parque, donde abundan árboles y zonas de césped secas: "Esto parece un estercolero". 


Caída de la clientela


La Alameda alberga dos cafeterías, que ahora, casi escondidas tras el gran edificio, echan en falta a muchos clientes habituales. "A xente que viña cos nenos xa non vén porque os rapaces non queren, non hai espazo para xogar ou andar cos patinetes", explican desde uno de los locales. Las mesas de las terrazas, desde donde antes se veía el ambiente del parque, han dejado de llenarse: "É coma se te puxeran diante dunha parede, non ves nada, só o edificio". 

Además, el emplazamiento de la construcción provisional impide que los turistas que llegan en autobús a la Alameda vean las terrazas de las cafeterías, así como aquellos que dejan el coche en el párking. "E non é só iso, é que aquí tamén se poñían Os Maios, as feiras do libro... Todo ese movemento a nós tamén nos beneficiaba", aseguran los hosteleros. 

Los afectados se pusieron en contacto con el Concello en diciembre del 2017 para pedir que, del mismo modo que los placeros tienen el canon congelado mientras se encuentran en la nueva localización, tomen medidas similares con ellos, para corregir el perjuicio. "Cando nós concursamos para estos locais non había un edificio aquí diante ocupando as nosas vistas, de sabelo quizais ofreceríamos menos diñeiro por eles, está claro", añade uno de los hosteleros. Aseguran que se pondrán en contacto con la nueva corporación municipal para plantearles su situación actual y buscar alternativas. "Da moita pena cando veñen os clientes que antes estaban aquí diariamente e che explican que claro, que agora xa non se animan a vir... É normal", señalan.

“Hemos invertido mucho, tanto en la plaza como en el edificio actual"

Pieza imprescindible en la economía de la ciudad, los placeros arrancaron su actividad en el edificio provisional hace poco más de un año. Desde entonces, desconocen cuándo volverán a su edificio original. 

"Somos conscientes de que estamos ocupando un espacio público, pero si estamos ahí tampoco se nos puede reprochar, nosotros solo hemos dado facilidades, y nos han ninguneado", explica Emilio González, "Milucho", presidente de la asociación de placeros. "Hemos puesto toda la carne en el asador y hemos invertido mucho dinero cada uno, antes y ahora, en el edificio provisional, que no estaba acondicionado para nosotros", asegura.

Los placeros reclaman que no se les ha tenido en cuenta para la toma de decisiones sobre la obra, y que desconocen por qué no arranca. También recuerdan que en el edificio actual han visto mermados sus puestos en un 45% del espacio que tenían, así como las inversiones a las que hicieron frente en la Praza de Abastos. "Pedimos unha comisión de seguimento para a reforma, formada por técnicos municipais e praceiros, e aínda estamos a espera. A ver con esta nova corporación que pasa", señalan desde Queixos Amalia Mosteiro.

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