REPORTAJE

El trago amargo del alcohol

1op5065_result
photo_camera Reunión del grupo Esperanza Nueva, en la Plaza Sagrado Corazón de A Carballeira.

Alcohólicos Anónimos celebra hoy el 82 aniversario de su fundación. En la ciudad, el grupo Ourense, ubicado en el barrio de As Lagoas, lo festejará con una jornada de puertas abiertas de 10,00 horas a 20,00 horas. 

Deudas, despidos o separaciones. Son algunos de los tragos amargos por los que atravesaron los miembros de Alcohólicos Anónimos, que hoy celebran el 82 aniversario de la entidad. En la ciudad, el grupo Ourense, situado en la calle Luis Trabazos, acoge una jornada de puertas abiertas, seguida de un acto en el que los usuarios compartirán sus experiencias.

"Hola, me llamo Jesús y tengo 62 años". Así empieza su relato un miembro de este colectivo al que el alcoholismo no le permitió acabar sus estudios de Ingeniero Agrónomo. "Recorrí clínicas y tuve contacto con psicólogos, pero no conseguía dejar de beber. Llegué hace unos años solicitando ayuda a un grupo de Alcohólicos Anónimos y me la dieron. Estoy sin beber desde entonces", explica. 

La enfermedad también le pasó factura a nivel laboral. Llegó a ser socio de una sociedad inmobiliaria, que se vio obligado a dejar. "No controlamos la economía, ni el sexo ni el mando. Necesitamos una reeducación. Estuve en los mejores colegios, pero todo esto esculpa mía. Me tenía por un juerguista y me gustaba más ir a tomar unos vinos o a un guateque que hincar los codos", recuerda .

Otro de los usuarios reconoce que en más de una ocasión le han fiado en los bares. "Gástase máis do que un ten. Ademais, houbo un traballo ou dous que perdín por causa do alcohol". Este hombre de 55 años afirma que para él la solución a su enfermedad ha sido Alcohólicos Anónimos. "Unha persoa sola non é capaz de saír do alcol. Eu intenteino moitas veces, pero como moito, estiven un ano sen beber. Coa axuda do grupo si puiden porque somos moi parecidos, vémonos reflectidos uns nos outros e axudámonos a deixar de beber". Reconoce que desde que dejó el alcohol es una persona feliz. "De feito, acaban de operarme hai pouco de cancro e paseino como se fora un catarro; moi tranquilo. Cámbiache a forma de ser, pensar e actuar". 

Blanca, de 56 años, cargó en su mochila durante años el peso de ser mujer y alcohólica. "Al ser mujer, bebí durante muchísimo tiempo a escondidas". A los 44 años entró en un bucle en el que ya no pudo dejar de beber. "No acepté las circunstancias que en esa época me tocó vivir. Se juntó un poco todo: trabajo, problemas en la pareja... Y no aceptas tu vida". Fueron sus dos hermanos, también alcohólicos, los que le plantearon acudir a la comunidad, en la que no se juzga a nadie. "Funciona desde hace 82 años gracias a eso. No hay política ni religión ni dinero de por medio". 
Otra usuaria, de 47 años, decidió hace 22 años acudir a Alcohólicos Anónimos después de una separación. "Hice como muchos hacen: Fui, pero no me quedé". Dos años más tarde, volvió: "Y ya me quedé porque ya no vivía. "Era levantarte y acostarte bebiendo. Alcohólicos Anónimos me aportó vivir".

Además del grupo Ourense, Alcohólicos Anónimos cuenta en la ciudad con otros dos más: el grupo Esperanza Nueva, en la Plaza Sagrado Corazón (A Carballeira), y el grupo Asunción, en la calle Nuestra Señora de la Asunción (As Lagoas). Entre los tres, suman en torno a 40 personas, cuyo mensaje es claro: "Se puede salir. Hay solución". n

Te puede interesar