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Emilia Pardo Bazán, la calle con más excesos de velocidad de Ourense

La calle Emilia Pardo Bazán de la ciudad (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera La calle Emilia Pardo Bazán de la ciudad (XESÚS FARIÑAS).
Casi 300 conductores fueron multados en distintos viales de la ciudad entre enero y agosto

La amplitud de la calle -dos carriles de subida y otros tantos de bajada- y el buen estado del firme de la calle Emilio Pardo Bazán parece que persuade a los amigos de la velocidad a pisar el acelerador más de la cuenta sin respetar los límites de 30 o 40 kilómetros por hora que determinan la señalización horizontal y vertical. La Policía Local ha constatado en lo que va de año, con los datos acumulados entre enero y agosto, que Pardo Bazán es el vial en donde han detectado más infracciones de velocidad, sin precisar el número, cuando han realizado controles con el radar portátil que comparte con otros  tres concellos y el cedido por la Dirección General de Tráfico (no existen fijos en la ciudad).

Pero no es la única calle conflictiva cuando se trata de exceder los límites. La N-120 en las proximidades de las torres de O Pino, la avenida Otero Pedrayo, Pena do Vado (la carretera de Reza) y la CN-525 -bajo la glorieta de O Couto- forman parte del listado.

En los ocho primeros meses del año, los agentes multaron a 271 conductores, el 1,68 por ciento del total de controlados (16.099). Es precisamente este dato en el que se ampara la Policía Local para asegurar que la velocidad excesiva no es un problema vial grave en la ciudad, una visión que no comparten los colectivos vecinales. "Casi 300 sancionados me parecen muchos, por lo que sí creo que la velocidad es un problema en esta ciudad, en calles como la avenida de la Habana, Saínza, Progreso o la carretera de A Granxa; lo que ocurre es que hay pocos controles porque faltan policías", asegura la presidenta de la Agrupación Vecinal Miño, Lorinda Fernández.

Precisamente los excesos de velocidad en la carretera de A Granxa traen de cabeza a vecinos como Santiago Cal. En seis meses, su coche, aparcado en la calle, apareció destrozado -siniestro total-  por culpa de dos salidas de vía de conductores que iban sin control. "He contabilizado al menos cuatro accidentes graves en estos meses en la zona y, pese a las quejas planteadas por mí en el Concello, no se han tomado soluciones, ni badenes, ni reforzamiento de la señalización...", asegura.

Para el portavoz de Stop Accidentes en Ourense, Benito Bouzada, los controles móviles de radar y las señales sobre la calzada no son suficientes para que los coches dejen de correr. "Se precisan más medidas estructurales como pasos elevados  para peatones, aceras más amplias, radares fijos o efectos ópticos en el estrechamientos de calzadas como ocurre en otras ciudades", destaca Bouzada.

En estos momentos, la consultora Urba+, por encargo del Concello, está actualizando el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) para dotar de herramientas un nuevo modelo de peatonalización y pacificación del tráfico. Incluye la implantación del "modelo ciudad 30" cuyo objetivo es limitar la velocidad en las arterias principales de la ciudad. La previsión es comenzar a trabajar con esa hoja de ruta en el mes de octubre. 

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