La empresa líder en Galicia en maquinaria para la madera

Una parte de las declaraciones que hace Alfonso Juanes contienen la palabra “subsistencia”. El propietario del grupo empresarial que lleva su apellido apela a ella para conjurarse ante la crisis que a punto ha estado de poner fecha de caducidad a una compañía estructurada en varias sociedades y que fue fundada por él en el año 1984. Grupo Juanes, que tiene su sede en San Cibrao, vende, distribuye y da servicio técnico a maquinaria de alta cualificación dentro del sector de la madera.
Cuando toda la economía llevaba el motor sobrecalentado, antes del 2007, el grupo facturaba en torno a doce millones de euros y daba trabajo a 34 personas. Hoy el volumen de negocio se ha reducido a la mitad pero el empleo apenas se ha resentido ya que solo se han quedado por el camino de la crisis cuatro personas. “Lo más importante que tiene esta empresa es su personal”, dice con orgullo Alfonso Juanes, quien afirma tener “una plantilla que es la mejor en nuestro sector en cuanto a técnicos, administrativos o vendedores y eso es lo que me ha hecho aguantar y estar estos años con muchas dificultades, pero me resisto a dejar a la gente que tengo conmigo”.
Pese a todo, el grupo Juanes lidera en estos momentos su sector en Galicia. Su propietario recuerda que cuando empezó vendía “más consumibles que máquinas porque estaba todo copado por dos o tres empresas en Galicia”. Ha ido comiendo terreno y lidera el gremio de componentes mecánicos para la industria de la madera. A día de hoy el mensaje es de “subsistencia” gracias a un importante stock de maquinaria que permanece en las naves de la compañía. “Si lo que estamos vendiendo en los últimos años tuviésemos que comprarlo, no podríamos subsistir”, dice Juanes. Pero el propietario de la empresa lanza una mirada hacia el futuro y encara proyectos de los que espera salir airoso, aunque no todos están en el mismo punto de ebullición.

EL EXTERIOR
Espera “ver esos supuestos brotes verdes y ver el final del túnel” para que cristalicen algunas iniciativas. Ha colocado algunos productos en Venezuela gracias a empresarios de origen gallego, también planifica vender en Marruecos y podría cerrar un contrato importante con Catar por importe de 24 millones de euros. Sobre su apuesta internacional, Juanes hace una lectura muy autocrítica de la fama “de los españoles”. Dice que en el extranjero se dio cuenta de que “somos un país un poco sospechoso porque hemos hecho trampas”, de ahí algún reproche que percibió. Es más, dice haberse encontrado con recelos de empresarios locales que no se fiaban de que él podría darle un servicio de calidad “o que yo le enviaría un técnico para reparar una máquina”. Aun con esos imponderables, ya solventados, dice que tiene contactos comerciales en el país alauita para vender maquinaria a las empresas, tanto nuevas como usadas, “pero reconstruidas”.
Otro de los proyectos de expansión en los que tenía fundadas esperanzas el propietario del grupo Juanes era la venta de maquinaria en Guinea a través de un contrato con otra empresa española “que tuvo un problema con el crédito documentado” y no cuajó la operación. Por lo tanto, en estos momentos su mercado natural sigue siendo Galicia a través de una cartera de servicios que se basa en el soporte técnico a los clientes “que en su gran mayoría ya deberían de haber hecho una renovación de su maquinaria”, dice Alfonso Juanes.
Fuera del sector de la madera la firma ourensana ha participado también en otras intervenciones, como la maquinaria que va en unas boyas marinas, un proyecto en el que han ido de la mano de una compañía especializada que asume varios trabajos en diez puertos españoles. Juanes aclara que su empresa fue la única que pudo presentar una oferta dada la alta especialización exigida en la maquinaria empleada.

“Cada vez que tengo un momento de euforia, los políticos lo tiran'
Alfonso Juanes tiene claro que no es momento para venirse abajo. El camino de la tan prometida recuperación se antoja largo. Se aferra a un “optimismo” que debería presidir las actuaciones de los empresarios. En su caso reconoce tener momentos buenos y no tan buenos, que coinciden con alguna decisión o declaración política: “Cada vez que tengo un momento de euforia vienen los políticos y me lo tiran por el suelo”, confiesa. Se refiere a que cuando ve atisbos de bonanza en el horizonte, las reflexiones políticas le llenan de inquietud. En todo caso, el propietario del grupo Juanes dice “tener confianza en que esto cambie, sobre todo por la gente y los empresarios de Galicia”.
En cuanto a los zarpazos de la crisis advierte que “en Ourense no ves tantas desgracias como en otros sitios de Galicia donde está más industrializado todo” porque muchas empresas se han visto abocadas al cierre o a duros recortes laborales. En cuanto al futuro, reconoce que le gustaría que alguno de sus hijos ocupase algún día su despacho “pero con la preparación adecuada” porque la empresa que él fundó y la que podrán heredar sus hijos apenas se parecerán, sobre todo en cuanto a tecnología. Juanes también vuelve a apelar a sus empleados cuando habla del futuro: “Soy optimista por naturaleza y espero poder conservar esta plantilla y esta empresa mucho tiempo”.

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