La paralización del proyecto de construcción de la autovía A-56, que unirá Ourense y Lugo, tendrá 'consecuencias' para la actividad económica de ambas provincias. Así lo han advertido los presidentes de la Confederación Empresarial de Ourense, Francisco Rodríguez, y su homólogo de Lugo, Eduardo Jiménez, tras una reciente reunión. Los dos han coincidido en que esta vía de comunicación constituye 'un referente para la vertebración y cohesión territorial del interior de Galicia', con un significado similar al que la AP-9 tiene para el eje atlántico.
INTERCAMBIO
Tanto desde la CEO como desde la CEL, entienden que la infraestructura servirá de motor para 'reforzar el intercambio comercial y el económico'. El noroeste peninsular pasaría así a 'desempeñar un papel estratégico' para el transporte de mercancías. La A-56 contribuirá, por último, a frenar la 'sangría demográfica del interior' puesto que fijar población en el rural es 'esencial' para el desarrollo. De este modo, tanto Rodríguez como Jiménez consideran que la paralización de las obras afecta 'de modo muy negativo a las zonas más desfavorecidas del interior' cuyos parques empresariales podrían quedar 'aislados'. Los colectivos empresariales dicen entender 'mejor que nadie' las dificultades que entraña llegar a los mercados nacionales e internacionales sin una vçia de comunicación rápida y segura. Asimismo, señalan, la entrada en funcionamiento de la A-56 es la 'única manera de resarcir la ausencia de servicio ferroviario para esta zona'. La nueva infraestructura dotaría al noroeste peninsular de la 'posición competitiva que se merece'.
La A-56 figuraba ya en el Plan de Infraestructuras del Gobierno y su fecha de finalización estaba prevista para el año 2008. Pero apenas se han iniciado algunos tramos en la provincia de Lugo y, además, esta vía de comunicación ha quedado en suspenso tras los recortes asumidos por el Ministerio de Fomento debido a la crisis económica.
