El Día de la Salud Mental se celebra hoy para reivindicar la integración social de las casi 1.000 millones de personas que padecen una enfermedad mental en todo el mundo. Asociaciones y profesionales de la provincia reclaman la necesidad de aumentar los recursos para atender a las personas que padecen estas patologías, y llaman a educar desde la infancia para que la sociedad sea más inclusiva.
"Non hai igualdade de oportunidades para as persoas cunha enfermidade mental", lamentan desde Feafes
Desde la Asociación de Familiares y Enfermos Mentales Morea llevan a cabo diversas actividades en Ourense, O Barco, Verín y Lalín, y además cuentan con una residencia y pisos tutelados en la ciudad. "Lo que no nos afecta no lo conocemos", lamenta Alfonso Díaz, su director. Una de las prioridades de la asociación es progresar en la integración laboral de las personas con una enfermedad mental: "Al saber que se incorporan a un equipo de trabajo, las primeras reacciones suelen ser negativas", lamenta.
Y es una cuestión de primera necesidad: "El trabajo ayuda mucho a la realización personal. Al estar en paro, la autoestima se puede ver muy dañada y las personas con la enfermedad se culpan a sí mismas de padecerla. También para evitar los episodios de crisis, es muy positivo tener una vida organizada, dentro del mercado laboral".
María Ángeles Fernández, presidenta de la asociación, lamenta cómo "cuesta mucho, quedan muchas barreras. Los empresarios aún deben perder el miedo. Estando tan formados como otras personas, a quienes tienen una enfermedad mental se les descarta, entonces tiran la toalla pensando que ya no sirven para nada y que nadie les acepta. Tenemos en la ciudad a personas con estas patologías que se encuentran sin trabajo, viviendo en la calle sin que nadie mire para ellos, nadie se inmuta al pasar". Díaz añade que "en esta situación la previsión siempre va a empeorar".
En cuanto a la formación en la infancia, Díaz subraya cómo "debemos educar a los jóvenes para que ayuden al diferente en vez de segregarlo", y subraya la contradicción de que "aunque el cerebro es el órgano más importante de nuestro cuerpo, las enfermedades mentales no reciben la atención debida y son las más desconocidas. Además, afectan a muchos ámbitos, y por tanto se necesita a todo tipo de profesionales, no solo médicos, que además están saturados con 30 pacientes por día. Debería existir un trabajo interdisciplinar, como ocurre en Inglaterra". En este mismo aspecto incide Fernández: "Se dan citas para dentro de seis meses. Debe haber una atención más continuada y escuchar a las personas que tienen una enfermedad mental y a sus familias. A veces el profesional se basa en dar una medicación y se acabó".
Lamenta Díaz el peso de mitos como los que relacionan la salud mental y la violencia: "No existe correlación. Otra falsedad es que son personas imprevisibles o bruscas, cuando es al revés, o que estas patologías están relacionadas con el consumo de drogas. De los usuarios que atendemos ninguno tiene este perfil, simplemente nacieron con una predisposición genética".
A pesar de los avances, Fernández aprecia un retroceso durante los últimos años: "En el rural quizás la integración sea algo mejor, al tratarse de un ambiente más familiar donde se conoce a la persona desde que es pequeña".
En el futuro, esperan seguir fomentando que las personas con una enfermedad mental vivan en sociedad en lugar de aislarlas: "El 1% de la población tiene esquizofrenia, son personas que te cruzas todos los días sin enterarte".
