La enfermedad renal crónica afecta a cerca de 240 personas en Ourense. Actualmente, 184 pacientes acuden periódicamente al hospital para recibir su tratamiento de hemodiálisis -filtración de la sangre para eliminar las toxinas- y otras 53 se tratan en casa con la diálisis peritoneal. Este proceso requiere conectar el aparato a la corriente, un factor que la histórica subida de la luz cambió la vida a muchos enfermos.
El incremento del precio obligó a muchos usuarios a cambiar sus hábitos, horarios y a conectarse, por ejemplo, en horario nocturno, cuando la tarifa es más barata. Carmen Dorado, coordinadora de la Asociación para la lucha contra las enfermedades del riñón (Alcer), indicó que “as persoas que se dializan no seu domicilio están cambiando as horas para poder afrontar o gasto, sobre todo dependendo da idade. Se tes 40 anos, con poucos anos cotizados, e tes que deixar o teu traballo porque te diagnostican, vai ser moi difícil afrontar o problema”.
Ayer fue el Día Mundial del Riñón, una ocasión en la que Alcer aprovechó para concienciar y ofrecer información a pacientes o a perfiles propensos a la enfermedad renal desde el Hospital Cristal. Sobre esta patología, Alfonso Iglesias, nefrólogo del CHUO, explicó que esta enfermedad afecta sobre todo a personas con propensión genética, diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad, hipertensión y tabaquismo, mayoritariamente de avanzada edad. Por ello, pese a que en los últimos años se vio un incremento del número de pacientes, “esto responde al envejecimiento de la población”, señala el nefrólogo.
Además, con la pandemia, “hubo una sobrecarga asistencial desde el punto de vista de la enfermería, tuvimos que adaptar a los pacientes con coronavirus y eso supuso una sobrecarga”, indicó. Por otra parte, desde Alcer, indican que la mortalidad creció más de un 30% en la última década y solo desde el inicio de la pandemia, falleció un 9% de los pacientes.
