¿Ourense puede ser un laboratorio del envejecimiento?
Creo que este centro convierte a Ourense en un espacio privilegiado para pensar formas de envejecer mejor que no solo incluyan a personas mayores, sino de cualquier generación. Este centro vale para que cualquier persona que entra por la puerta entienda cómo la vida está conectada desde que naces hasta que mueres.
En Granada lideran un centro similar desde hace un año. ¿Tienen resultados del funcionamiento?
En el primer balance nos hemos dado cuenta de que el equipo profesional reconoce que hay un valor tanto para el desarrollo infantil como para el bienestar de las personas mayores. Las familias han aprendido a entender el concepto y están pensando que llevar a sus hijos o a un mayor al centro añade a un plus. Y el entorno está empezando a valorar que ese centro sea una especie de pulmón que insufle oxígeno a la comunidad. Los resultados puede sen muy potentes.
¿La intergeneracionalidad es la clave de futuro para gestionar el envejecimiento?
Creo que no se puede envejecer bien sin cruzarse con otras generaciones. La vida es demasiado larga como para querer vivirla únicamente con personas de la propia generación. Es imposible y además no es recomendable. Cuando nos quejamos de aislamiento y soledad es porque hemos construido demasiados límites entre grupos de edad.
Desde la Cátedra, ¿se fijarán en Ourense?
El centro intergeneracional de Ourense es un incentivo. Nuestra idea es estar en relación, tener información mútua y ayudarnos. La cátedra busca transferir conocimiento.
