Susana Rey es la responsable del Servicio de Pediatría del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense
Susana Rey es la responsable del Servicio de Pediatría del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense. Este mes de noviembre viene marcado en el servicio por el importante número de bebés, de entre cero y dos años, que acuden a ser atendidos por el virus respiratorio sincitial, la "gripe de los bebés".
¿Cuál es la población de riesgo?
Son los niños de entre cero y dos años, y se traduce en dificultades respiratorias para el menor, algo muy alarmante para los padres, que muchas veces motiva los ingresos hospitalarios por la vulnerabilidad del paciente o porque los niños tienen problemas de base, como cardiopatías congénitas, haber sido prematuros o sufrir problemas respiratorios previos.
¿Cuál es la incidencia?
El número de ingresos que se registran están en torno a 40 por cada 1.000 niños menores de dos años. Evidentemente, es mayor el porcentaje entre los niños con esos factores de riesgo y ésta es la época de mayor incidencia.
¿Tan agresiva es la infección como para requerir ingreso?
Hay que señalar que, por lo general, salvo que haya patologías congénitas o sean prematuros, es una infección leve o moderada. En el resto, requiere una profilaxis que es una vacuna que se administra hospitalariamente y que lo que pretende es minimizar el riesgo de la infección y, de padecerla, que ésta sea menos severa. Sólo se administra a niños con factores de riesgo, porque al resto no les aportaría un beneficio especial. Los ingresos pueden extenderse incluso hasta las tres semanas.
¿Cuál es el periodo alto de incidencia?
Esta infección se desarrolla entre los meses de octubre y febrero, aunque este año, debido a las circunstancias climatológicas que padecemos, hemos tenido ya casos de ingresos por este virus desde el pasado mes de septiembre. La razón es el calor y las altas temperaturas que se han prolongado tanto en el tiempo.
Y cambia cada año.
Sí, como la gripe. Cambia en la presentación y en la severidad, aunque siempre ataca al bronquio.
¿Y cuáles serían las medidas de prevención?
La principal es extremar las medidas de higiene. Realizar un lavado de manos muy exhaustivo; en caso de que haya adultos o hermanos mayores con cuadros catarrales, que eviten el contacto con estos bebés, y si los padres son fumadores, que no lo hagan, por supuesto, en las mismas estancias que compartan con el menor. Por otra parte, la lactancia materna es un magnífico protector contra este virus.n
