infraestructuras

“La estación deja mucho que desear, está muy maltratada"

Una mujer de 72 años se cayó por las escaleras con la maleta al no poder usar el ascensor, averiado

El estado de la estación de autobuses de Ourense mengua cada día. Los usuarios se encuentran con problemas en el mantenimiento, que definen el abandono en el que se encuentra. La situación, que aprecian todos los viajeros, empeora a la espera del traslado a la nueva estación en la intermodal.

El pasado lunes, María Antonia Crego sufrió un accidente en sus instalaciones. A su llegada se encontró el ascensor estropeado, lo que la obligó a subir las escaleras con la maleta y las dificultades añadidas de su edad.

"El lunes al bajar, a pesar de que con una mano me agarraba a la barandilla y con mis 72 años, cuando me di cuenta estaba rodando por las escaleras", cuenta María Antonia.

A pesar de la caída, no sufrió más que hematomas. "Ahora estoy dolorida, cuando me caí todos me ayudaron y había una doctora que me revisó para verificar si tenía algo roto", señala esta usuaria. Apunta la carencia de "muchas cosas" pero exige, como mínimo, el correcto funcionamiento del ascensor. "Las personas mayores lo necesitamos y quien vaya en silla de ruedas o con muletas también", comenta.

El único ascensor estuvo fuera de servicio varios días. Este jueves ya estaba en funcionamiento. "No estuvo operativo un par de días porque faltaba un válvula", apunta uno de los trabajadores de la estación. José Novoa es otro de los usuarios que se vio afectado. "Vine y no había ascensor, bajé con cuidado las escaleras, otra cosa no podía hacer", afirma.

Esto se suma al aspecto de abandono que presenta.

"Deja mucho que desear y está muy maltratado con un aire desangelado", destaca Manuela Cid 

Además agrega que "por lo menos hoy -por ayer- está limpia" y admite que por las noches no quiere quedarse fuera cuando espera por algún bus: "Pocas veces veo a alguien de seguridad por lo que prefiero quedarme dentro a esperar".

Dos jóvenes esperan en el andén la salida de su autobús. "Siempre hay algo estropeado, hoy le ha tocado al secador de manos", cuenta Hugo Sánchez. Junto a él, Sveti Vasileva admite que la estación está algo abandonada y que le da "mal rollo". La impresión que da a algunos viajeros que emplean esta estación de autobuses por primera vez es: "Lo que hemos apreciado es que está vieja y con falta de mantenimiento", comenta Julio Pereira.


Sensación de inseguridad por la noche


Una vez cae la oscuridad, los pasajeros, especialmente mujeres, se sienten inseguros por el estado en el que se encuentra y la falta de vigilancia. "Un día llegué y esperé fuera a que me recogiesen y estaba sola con un chico, el estado del lugar hace que uno no se sienta seguro", apunta Irene Pombo.

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