Estaciones diseñadas para atletas: ni escaleras ni rampas.

La estación de Otero de Sanabria tendría que haber sido terminada en la primavera de 2019. Año y medio después las obras siguen sin estar finalizadas. El tiempo de ejecución (nueve meses) se ha triplicado y todavía hay algunas semanas por delante antes de su conclusión. La estación puede servir de paradigma de la vergonzosa falta de diligencia a la hora de ejecutar las obras del AVE gallego porque dilatar por dilatar el plazo de una obra que carece de la más mínima complejidad no tiene justificación sensata. Pero los verdaderos problemas comenzarán cuando lleguen los primeros viajeros y se encuentren con que la estación y la salida al exterior se encuentra a dos pisos de altura que hay que salvar subiendo unas escaleras o una larguísima rampa de más de cien metros de longitud. No hay escaleras mecánicas ni tampoco ascensor, por lo que las personas con movilidad reducida o quienes vengan cargados con maletas tendrán que enfrentarse al desnivel con una rampa que en días de nevada y hielo (las rampas están a la intemperie) van a resultar muy peligrosas. En A Gudiña, aparentemente, la situación es mejor. Su retraso también es evidente. El plazo para la construcción del edificio y la marquesina era de ocho meses que fueron excedidos a partir del pasado mes de marzo. Las obras de A Gudiña solo duplican el plazo de ejecución. Mientras en Otero de Sanabria el viajero tendrá que elegir andén para el tren que venga de Madrid o de Galicia y añadir a la rampa el tiempo de cruzar sobre las vías por una pasarela cubierta, en Porta de Galicia hay un único andén porque los trenes de ambos sentidos se desvían a una vía central que es la que accede a la plataforma de viajeros. Mientras en la terminal sanabresa la vía está bajo la cota de la carretera, en la Porta de Galicia, el estacionamiento y el acceso a la estación se encuentra en la cota inferior y las vías a un nivel equivalente también a dos pisos de altura. En el proyecto inicial estaba previsto que ese desnivel se pudiese salvar mediante escaleras y rampa, pero también un ascensor que facilitase el acceso a las personas con movilidad reducida. Sin embargo el ascensor ha desaparecido. Resulta paradójica la política cicatera de ahorrar en elementos del equipamiento que faciliten el acceso y el movimiento de los viajeros y en cambio se dote a ambos edificios, el de la estación de Otero de Sanabria y el de A Gudiña, de un área de atención al viajero y venta de billetes cuando es sabido que en ninguna de ellas se va a establecer un servicio de atención personal para la venta de billete o información. Muy al contrario, se están eliminando esos servicios de todas las estaciones de la red ferroviaria española salvo en ciudades y para que no quepa lugar a dudas, en ambas estaciones los edificios técnicos destinados al personal del Adif están separados del entorno en el que se mueven los viajeros. El caso más evidente es el de la estación sanabresa, donde dicha instalación se encuentra separada del edificio de viajeros por las cuatro vías de la estación. La que cuenta con mejores condiciones para el viajero es la de A Gudiña, puesto que el acceso desde el vestíbulo de acceso hasta las vías se encuentra totalmente cubierto y amparado de las lluvias y el frío y no existe la necesidad de cruzar de un andén a otro si el tren viene por una u otra vía. Pero en ambos casos representa un verdadero problema para las personas mayores, con impedimentos de movilidad o que lleven demasiado equipaje. La solución estética y la funcionalidad para la circulación ferroviaria ha primado en una y otra estación sobre las necesidades y facilidades que se deben de dar a los viajeros. Y en el caso de Sanabria añaden, además, los riesgos que se derivan de escalinatas y rampas a la intemperie, en las que el usuario quedará a merced de las inclemencias del tiempo en una tierra que se caracteriza por inviernos muy fríos con muchos días de mañanas afectadas por heladas que harán de sus larguísimas rampas una auténtica pista de patinaje, y veranos de tardes tórridas que los usuarios sufrirán especialmente cuando les toque subir desde el tren a la estación. La rotonda de conexión sin ejecutar Si fuera cierto que el tramo Zamora-Pedralba fuese inaugurado a finales de este mes, la estación de Otero no podría funcionar. No hay conexión por carretera con la N-525 que la comunica con el entorno. Adif adjudicó la rotonda de enlace en agosto pero no han empezado todavía unas obras que llevarán al menos mes y medio de ejecución. Otro ejemplo de mala planificación.