INFRAESTRUCTURAS - INVERSIÓN

El Estado concreta inversiones para Santiago mientras las dilata en Ourense

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photo_camera Íñigo de la Serna atiende a los medios en su última visita a Galicia, donde colocó la primera piedra del nuevo enlace de la AP-9.

La agenda del ministro De la Serna se centra en el eje atlántico mientras deja en el cajón inversiones viarias claves para la provincia 

Hace poco más de un año, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, visitaba las obras de varios túneles de la línea del AVE entre la Meseta y Galicia en la provincia de Ourense y, en medio de su comparecencia pública, desveló la intención de regresar, al menos, cada tres meses, para evaluar los avances y ratificar el cumplimiento de los plazos para tener todo listo a finales de 2019, una muestra, en su opinión, del compromiso del Gobierno central con Ourense y Galicia.

Sin embargo, en todo este tiempo, aunque es cierto que De la Serna se ha dejado caer por la Comunidad en varias ocasiones, en ninguna de ellas ha sido para pisar suelo ourensano, sino que las provincias atlánticas y, especialmente, todo lo que tiene que ver con Santiago, han sido su destino.

Aunque pueda parecer una simple anécdota, lo cierto es que ejemplifica el empuje que el Estado está dando a determinados proyectos fuera de Ourense, mientras la provincia continúa esperando, lustros después, por infraestructuras altamente demandas y que no terminan de salir del cajón.


Movilidad urbana


Muestras de esto son los años que los Presupuestos Generales llevan contemplando partidas para la variante norte de la ciudad, la circunvalación de O Barco o las ansiadas autovías hasta Lugo (A-56) o Ponferrada (A-76), mientras que, por ejemplo, Santiago continúa beneficiándose de mejoras y nuevas infraestructuras en su área de influencia, con millonarias inversiones que, o bien ya son realidad en algunos casos, o están perfectamente encauzadas para culminarse, con plazos concretos.

La capital gallega ha visto como, a principios de este año, se ponía el punto y final a las obras de ampliación de la AP-9 en su tramo sin peaje, que ejerce como una circunvalación, para garantizar la fluidez de circulación añadiendo nuevos carriles en ambos sentidos. En la inauguración de ese tramo, en el que se han invertido más de 85 millones, se anunció también el inicio de las expropiaciones para el denominado enlace orbital, para el que ya se han comprometido unos 30 millones para mejorar la conexión de las zonas industriales del norte de la ciudad y enlazar la AP-9 con la A-54 (Santiago-Lugo).

La lluvia de millones en el entorno de la ciudad compostelana siguió concretándose hace escasos días, cuando De la Serna asistió al acto de colocación de la primera piedra de las obras del nuevo enlace de la AP-9 con la zona centro y la Cidade da Cultura, facilitando la movilidad de barrios como Sar o Fontiñas. El nuevo vial se concluirá en menos de un año tras una inversión que ronda los cuatro millones.

Mientras, el tramo urbano de la A-52 en Ourense, como reflejaba recientemente este periódico, colecciona baches y remiendos. En lo que respecta a la futura circunvalación norte, solo se atisba concreción en el tramo entre Eirasvedras y Quintela, cuyas obras podrían empezar en 2019 aunque su conclusión no se prevé hasta 2021 (apenas 1,7 kilómetros), pero su continuación (Quintela-A Casilla), que permitiría descongestionar los barrios de A Ponte y O Vinteún aún debe completar varios trámites administrativos.


Alta capacidad


En la planificación de vías de alta capacidad, Santiago también continúa viéndose beneficiada. La última carretera que le faltaba para completar su conexión directa con todas las ciudades gallegas ya no tiene marcha atrás. De la Serna visitaba Arzúa a mediados de marzo para dar el pistoletazo de salida a las obras del tramo de la A-54 entre Arzúa y Melide, el último por activar en esa infraestructura, que estará finalizada en su totalidad en 2022, mientras que en la A-56 y la A-76, que afectan directamente a Ourense y son claves para vertebrar el interior de Galicia, la falta de concreción es evidente, como demostraron recientemente los representantes institucionales y empresariales que se reunieron en Chantada para criticar la discriminación.

Esta se palpa también en como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunciaba recientemente que la A-52 se completará entre Porriño y Vigo con cargo al Plan Extraordinario de Inversiones en Carreteras (PIC), con 10 kilómetros que costarán 330 millones, o que se daban pasos para hacer realidad la A-57 a su paso por Pontevedra, que funcionará como circunvalación de la localidad. 

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