Los tres exediles de DO que ahora militan en Coalición de Centro Democrático (CCD) cifraron ayer el intento de “compra” de sus actas por parte de Gonzalo Pérez Jácome en 30.000 euros por cada una. Maite Garrido, María Dibuja y Manuel Álvarez, así como el coordinador del CCD, José Manuel Palacios, advirtieron del “intento de compra” de un Jácome “ansioso” por intentar tener algún concejal más para conseguir mayoría absoluta y “desmantelar el Concello gastando el remanente”, que fijaron en 140 millones: “Ha bajado a la arena porque es la única solución que tiene, pasan los meses y solo puede poner cuatro jardineras en Juan XXIII”. Según Palacios, primero a través de intermediarios ofreció 30.000 euros a María Dibuja y Maite Garrido si dejaban el acta, y a esta última, incluso él en la propia calle. De hecho, le habría ofrecido 2.000 euros al mes “si mantenía el acta pero votaba siguiendo las instrucciones”.
Así lo explicaron los críticos de DO, pese a reconocer que el “carácter clandestino” en que se produjeron los ofrecimientos impiden tener pruebas: “No podemos llevar siempre una grabadora encendida”. En todo caso, aludieron a la grabación de hace un mes en la que Jácome decía que “mañana cerramos en el abogado la dimisión de Caride”, justo antes de la marcha de ese edil, aun matizando que “el hecho de que Caride se haya ido habrá tenido sus causas, cuando hablé con él no me dijo que se iba por dinero”. Según los ediles, el propio Jácome utilizó a Caride para convencer a Garrido: “Jácome abordó en plena calle a Maite y le preguntó si sus intermediarios le habían trasladado sus intenciones de comprar el acta. Y puso de ejemplo a nuestro antiguo compañero, diciendo que él sí lo había cogido, que por qué no lo iba a coger ella”, señalaron.
Por último, deslizaron que la querella por la que está investigado Jácome “contiene datos que solo estaban en un informe que le presentamos al PP en Santiago”, insinuando que de ahí podría venir.
Caride se desmarca
Jácome dijo que “si tienen pruebas, que vayan al juzgado”, mientras Caride pidió “que se olviden de mí” y tildó de “chorradas” lo expresado. “Andamos con gilipolleces y los problemas de la ciudad están sin resolver. No me fui por coger 30.000 euros, sino porque estaba aburrido de estas cuestiones. Los que queden, que se dediquen a solucionar los problemas de la ciudad y no a bloquear por odios personales”.
