Explotando recursos: un negocio sin ningún retorno

Embalse de O Bao, gestionado por Iberdrola, prácticamente vacío el verano pasado. José Paz
photo_camera Embalse de O Bao, gestionado por Iberdrola, prácticamente vacío el verano pasado. José Paz
Ibedrola es propietaria de los embalses de As Portas, Edrada, Cenza, Bao, Pumares, San Esteban y San Pedro y la explotación hidroeléctrica en Ourense

Iberdrola sabe bien hasta qué punto la provincia de Ourense es un eslabón importante en su negocio. Lleva décadas en la explotación de sus recursos, lo saben bien en el oriente de la provincia, donde tiene embalses. También lo saben ahora en A Limia.

La eléctrica hunde sus raíces en Saltos del Sil, una pequeña empresa creada en el año 1945, que pasó luego a manos de Iberduero y, por fin, a Iberdrola.

Es propietaria de los embalses de As Portas, Edrada, Cenza, Bao, Pumares, San Esteban y San Pedro y la explotación hidroeléctrica en Ourense se traduce en la cuenta de resultados, ya que aporta  más del 15% del negocio hidroeléctrico en España. 

Durante los últimos días hemos visto como otro de sus proyectos choca con los intereses de una parte de la sociedad civil y demuestra su escasa sensibilidad para con el entorno, pese a su etiqueta de empresa medioambientalmente responsable. Prevé el montaje de 42 torres de alta tensión en un tramo de once kilómetros en la Serra do Larouco, en el Concello de Baltar, acabando así con uno de los mejores espacios para el vuelo en parapente de la Península. La última propuesta sobre la mesa es la posibilidad de enterrar el tendido, pero no está claro que la eléctrica cambie una sola coma de su intención. 

No es la primera vez que polémicas semejantes ponen  lamparones en la hoja de servicios de Iberdrola. En buena parte de Ourense no se ha olvidado el vaciado de sus embalses durante el pasado verano sin que pasados los meses se hayan escuchado explicaciones convincentes que llevaron a la compañía a semejante acción.

La práctica del vaciado ya se había producido otros estíos. Sin ir más lejos, en verano del 2018 la compañía redujo el caudal del Sil a la mínima expresión en la presa de San Pedro, entre los concellos de Pantón (Lugo) y Nogueira de Ramuín (Ourense) para realizar unas obras de mantenimiento. Pese a contar con la autorización de la Confederación Hidrográfica, grupos de defensa del medio ambiente denunciaron el riesgo que suponía para la preservación de la flora y la fauna.

Pesa en el histórico de Iberdrola acciones similares. En el año 2009, en plena Ribeira Sacra, dejó en mínimos el caudal del Sil coincidiendo con las obras de ampliación de la central de Santo Estevo, provocando las críticas de grupos en defensa del medio ambiente.

Y mientras, Iberdrola ha borrado su huella administrativa y laboral en Ourense. En la primavera del 2021 deslocalizó el Centro de Operación de Cuenca del Sil, en A Rúa y el más antiguo que tenían en España. Nada impidió que la compañía de Ignacio Sánchez Galán diese un portazo en Ourense, aunque se siga nutriendo de sus importantes recursos naturales. La eléctrica vasca los explota hasta el fondo atendiendo a una política empresarial que no supone ningún tipo de retorno económico, social, cultural... para la provincia ni para sus habitantes, los ourensanos, que además pagan una de las facturas más altas de España por la electricidad.

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