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La exportación apuntala al porcino

La reducción de ventas a China en el primer semestre se ha superado con la apertura de nuevos mercados

Dejando a un lado todas las frutas y hortalizas, el porcino se ha consolidado como  el primer sector agrario español con una producción en origen por valor de unos 6.000 millones de euros que suponen el 14% de la Producción Final Agraria y el 37% de la Producción Final Ganadera; es el segundo país productor de la UE con cuatro millones de toneladas, solo por detrás de Alemania y el cuarto país del mundo, donde mandan los americanos y chinos, en base a la actividad de solo unas 80.000 explotaciones, en gran parte operando bajo el modelo de integración. El porcino, frente al mayor peso histórico de las exportaciones de producciones netamente mediterráneas como frutas y hortalizas, aceite o vino, se ha erigido en el primer producto exportado con un volumen ya superior a los dos millones de toneladas por un valor que este ejercicio puede superar los 5.000 millones de euros.

La exportación se ha convertido en elemento indispensable para mantener los actuales niveles de producción y ha sido igualmente el motor para superar la crisis de precios registrada en 2016 que supuso elevadas pérdidas para los ganaderos ante la imposibilidad de cubrir los costes de producción, a pesar de la bajada de los precios de los cereales. La búsqueda de nuevos mercados ha sido un reto constante de las industrias del sector ante la existencia de unas  grandes posibilidades de crecer y la imposibilidad de su consumo en el mercado interior. Esa capacidad de adaptarse a las exigencias de los mercados se puso de manifiesto en 2014 con el cierre de las fronteras rusas, la existencia  de elevados excedentes en el mercado comunitario y en la búsqueda rápida de otros destinos, fundamentalmente en los países asiáticos en competencia con las carnes de todo el mundo. En 2016, el sector del porcino colocaba en los mercados exteriores nada menos que 2.041.000 toneladas, desde animales vivos hasta los despojos, pasando por el grueso que suponen las carnes y los productos elaborados con un incremento del 19% sobre el año anterior.

Esta línea de crecimiento se ha mantenido en los seis primeros meses este año. Según las cifras manejadas por la interprofesional del sector, Interporc, en este primer semestre las ventas en volumen crecieron el 1% hasta 1.041.000 toneladas. Sin embargo, las ventas en valor experimentaron un incremento del 18,2% hasta los 2.512 millones de euros, lo que supone  seguir batiendo record en volumen y en ingresos. Del conjunto de los datos y escenarios que conforman el mapa de la exportación española de porcino, hay algunos que se pueden considerar claves.

En primer lugar, tomando los números de 2016, cabe destacar que, del conjunto de las exportaciones, tanto en volumen, como sobre todo en valor, el resto de los países comunitarios siguen siendo  el principal mercado con ventas por unos 2.700  millones de euros. Los precios del porcino, desde las carnes a los elaborados, son superiores en el mercado comunitario que  en el resto. Destaca Francia que ocupa el primer lugar en facturación con casi 800 millones de euros, seguida de los 338 millones de Italia o los 323 de Portugal, frente a los 1.300 millones que suponen los países asiáticos donde China ocupa el primer lugar con 616 millones seguida de Japón con 342 millones 

En el primer semestre de este año, Francia volvía a ocupar el primer lugar en facturación con 445 millones, seguida de Italia con 195 millones. Por su parte China se mantenía como el primer importador en volumen con 175.380 toneladas a pesar de registrar un descenso del 20% sobre el mismo periodo del año anterior, mientras en valor el descenso ha sido del 16,95% hasta 285 millones de euros.

En segundo término, es muy clarificador sobre la filosofía de la estrategia del sector, la composición de los diferentes productos en el conjunto de las ventas. Los animales vivos, un comercio que se realiza básicamente con los países más cercanos, como Portugal o Francia y, en menor medida a otros Estados miembros, en el primer semestre de este año sumaron 66.000 toneladas con un incremento del 5,5%. Las ventas de carnes frescas, refrigeradas o congeladas ascendieron a 760.000 toneladas, lo que supone prácticamente estabilidad al crecer solo el 0,8%. Suben un 11% las ventas de paletas, jamones y carnes curadas y, por el contrario, caen un 4,7% las ventas de despojos hasta 142.000 toneladas con  los precios más bajos.

Aunque los analistas del sector siguen mirando a China como un mercado donde es posible seguir creciendo en el futuro, posiblemente no al ritmo de los años precedentes, la realidad es que en el primer semestre de este año se produjo una reducción de la factura  en un 16,9% hasta 285 millones y del 20% en volumen pasando de 215.210 a 175.380 toneladas. Pero, lo más destacable en el sector, no sería ese descenso de ventas en ese país asiático, sino el hecho de que el conjunto de las ventas en todo el mundo se incrementaron  un 1% en volumen y, sobre todo, del 18,2% en facturación, lo que pone  en evidencia dos cosas. Primero que se está apostando por productos de mayor valor añadido en todos los mercados. Segundo, que China ha sido el único país donde se ha registrado un descenso, mientras se ha producido un incremento de ventas en valor en todos los demás países que son los más importantes importadores. 

En este sentido cabe destacar el incremento de la facturación del 23,9% en Francia, de 31,1% en Italia, del 14,2% en Portugal, del 22% en Reino Unido, a pesar del "brexit", del 99% en Hungría, del 51% en Rumania, del 31% en Grecia del 41,4% en la República checa, del 34% en Corea  y Japón, del 61% en Filipinas del 33% en Bulgaria. En la misma línea destaca el proceso de apertura de nuevos mercados en los países del este.
De cara al futuro, el sector, además  de Asia y al Este, mira ahora a una serie de países sudamericanos,  comenzando por México, para abrir nuevos mercados que hagan posible seguir aumentando la producción, desterrando la palabra de mercado español como excedentario.  

Gracias al funcionamiento de los mercados exteriores, en este momento se puede hablar de una bonanza en el mercado interior con unos precios rentables para el ganadero y competitivos, en parte también por la existencia de unos costes de producción a la baja por los precios de los cereales, así como por la eficiencia de un modelo productivo de integración basado en la especialización de las granjas y explotaciones mayores, aunque el ganadero haya pasado de propietario a asalariado de grandes grupos.  

Adaptadas las granjas en los años pasados a las exigencia que deben cumplir sobre bienestar animal, sobre las cabezas de los ganaderos penden ahora las exigencias en aumento en materia de medio ambiente, vertidos, contaminación en general que se endurecerán en la próxima reforma de la PAC y en la propia  PAC de 2018.

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