Cuatro fallecidos en las aguas del río Miño en los últimos 12 años

Las peligrosas aguas del río Miño a su paso por la geografía ourensana han sido protagonistas durante años de parte de la crónica de sucesos. La falsa calma que presenta su cauce a su paso por la ciudad de As Burgas, e incluso en el entorno de algunos de los embalses de la provincia, juegan en contra de los que se fían excesivamente del curso del agua, traicionero y, en ocasiones, mortal. En los últimos 12 años han sido cuatro las personas que han fallecido en las aguas cuando se bañaban en este río a consecuencia de distintos percances. Retorno de una noche festiva En verano de 2011, un joven de apenas 18 años sufrió una indisposición en una zona próxima al puente Romano, ahogándose en la zona de piedras próxima a esta construcción y que tiene varias pozas de una profundidad de más de tres metros. El cuerpo fue recuperado poco después por los equipos de rescate. El entorno del viaducto Menos de un año más tarde, en abril de 2012, un hombre se metió al río Miño en la zona del viaducto de la vía y no se supo más de él. El fallecido, de 39 años, fue arrastrado por la corriente en una época en la que el cauce del río bajaba con mucho caudal por las fuertes lluvias caídas durante aquellas semanas. El peregrino angoleño Nuevamente en el entorno del Puente Romano, pero varios años más tarde, en julio de 2018, un ciudadano angoleño de 20 años falleció ahogado mientras intentaba cruzar el río desde una orilla hasta la otra. El joven, que se encontraba realizando el camino de Santiago en compañía de un amigo, permaneció desaparecido a lo largo de varias jornadas, hasta que finalmente apareció en una zona poco profunda a pocos metros del lugar en el que había sido visto con vida por última vez . Castrelo de Miño El último fallecido, hasta este año, fue un ciudadano de origen cubano, que perdió la vida durante un baño con unos amigos en el embalse de Castrelo de Miño en verano de 2021. El hombre, de 23 años y que había acudido tras su jornada laboral a disfrutar de la menor temperatura que había en la zona con su novia y otra pareja, pidió auxilio antes de hundirse después de nadar hasta las boyas desde el pantalán, pero sus amigos apenas pudieron hacer nada para ayudarle. Varias personas intentaron rescatarlo sin éxito. En el lugar se presentaron el Grupo de Emergencias Supramunicipal de Ribadavia, bomberos de Carballiño y O Ribeiro, Protección Civil, Guardia Civil y personal sanitario. Con focos y utilizando una pedaleta intentaron encontrar el cuerpo. Sin embargo, se había hundido a una profundidad de 12 metros, según pudo comprobar por la mañana el equipo de buceo de la Guardia Civil que se desplazó desde A Coruña. Antes, en 2004, un joven de 13 años también perdió la vida en la zona más próxima al Puente Romano.