Salud

El fallo renal, enfermedad con diagnósticos tardíos

Carmen Dorado, coordinadora de Alcer (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera Carmen Dorado, coordinadora de Alcer (XESÚS FARIÑAS).
La incidencia crece: "Uno de cada siete ourensanos ven afectados sus riñones"

Alcer Ourense, siglas de la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades Renales, tiene un ámbito de actuación que abarca toda la provincia. En lo que va de año ya atendieron a 53 personas y realizaron más de 200 consultas para aportar información y asesoramiento con el objetivo de ayudar a las personas afectadas por una enfermedad renal crónica y sus familiares. 

Carmen Dorado, la trabajadora social y coordinadora de la entidad, insiste en la importancia de seguir ofreciendo este servicio "durante mucho tiempo y que cada vez más gente sepa que estamos aquí". En la actualidad, atienden presencialmente con cita previa, y durante el confinamiento recurrieron a medios telemáticos. También desarrollan actividades enfocadas a la prevención y la lucha contra las enfermedades que afectan al riñón, como charlas, andainas o talleres.

"Todo lo que nos entra en el cuerpo pasa por el riñón, es el filtro que tenemos", recuerda Dorado. La prevención es importante: "Se habla mucho de que el abuso del Ibuprofeno puede afectar al riñón a largo plazo, hay que tener cuidado con la automedicación".

"El abuso del Ibuprofeno puede afectar al riñón a largo plazo", destaca Carmen Dorado, coordinadora de Alcer

Estas patologías son cada vez más comunes: "Hace unos años las enfermedades renales incidían sobre una de cada diez personas, y los estudios defienden que ya ha ascendido a una de cada siete en Ourense. Los hábitos de vida están afectando a nuestra salud renal". Además, Dorado subraya cómo "el riñón está entre los órganos a los que afecta el covid".

Los factores de riesgo principales para padecer una insuficiencia renal crónica son la hipertensión, la diabetes y el sobrepeso: "Le llaman la enfermedad silenciosa, porque las dolencias que la provocan no duelen, así que suele tener un diagnóstico tardío, cuando ya es tarde. Pero se controlaría muy fácilmente con analíticas anuales que incluyan valores de creatinina. También hay enfermedades hereditarias como la renal poliquística que se advierten con una ecografía".

En cuanto a los tratamientos, existen dos tipos de diálisis, la hemodiálisis, "donde se conecta el cuerpo a una máquina que funciona de riñón artificial, se saca la sangre, se limpia y se devuelve al cuerpo, proceso que puede llevar unas dos horas diarias, y la diálisis peritoneal, mediante la cual se introduce en el peritoneo un líquido que filtra las toxinas. Este último proceso se hace a menudo durante toda la noche". 

Son terapias que limitan la vida de los pacientes: "Debes convivir con alguien que te ayude. La diálisis quita mucho tiempo y la vida laboral se complica, rompe todo proyecto de vida ya que dedicas horas y horas a un tratamiento que además provoca mucho cansancio físico", subraya Dorado. 

La alimentación también se ve muy restringida: "Se debe controlar la ingesta de líquidos, contabilizando incluso el líquido que contiene una manzana. También hay que regular el sodio o el potasio. No se deben tomar, por ejemplo, plátano o chocolate, o en muy pequeñas cantidades". 

Los trasplantes de riñón mejoran la calidad de vida, permitiendo incluso incorporarse al mercado laboral. Conseguir esta operación antes o después depende de muchos factores, como señala la coordinadora de Alcer: "Hay que esperar un órgano compatible, y no solo por grupo sanguíneo sino en relación a otros muchos factores. Se coordinan los trasplantes para evitar al máximo el riesgo de rechazo, que es una situación muy dura si llega a ocurrir. Así que hay quien tiene la suerte de recibirlo en un par de meses y otros que esperan durante años". 

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