La empresa textil fue creada para favorecer la integración de personas en fase de exclusión social

La falta de pedidos obliga a Cáritas a cerrar Texcar

La cooperativa textil tenía su sede en el número 25 de la calle Pura y Dora Vázquez. (Foto: JOSÉ PAZ)
La situación de crisis mantiene al borde del cierre a la cooperativa textil Texcar, una de las iniciativas empresariales que puso en marcha la asociación religiosa Cáritas para favorecer la reinserción social de personas en fase de exclusión social, mayoritariamente mujeres que acaban de salir de la cárcel, ejercían las prostitución o vivían en la indigencia.
La cooperativa comenzó a funcionar en el año 2001 con 30 trabajadores -llegó a tener 45-, con el fin de fabricar ropa de trabajo (fundas, delantales y batas). Su funcionamiento fue posible con la aportación económica de Bruselas, a través del Programa Operativo del Fondo Social Europeo y, nada más abrir las puertas, le llegaron los primeros pedidos de la hostelería, talleres mecánicos e incluso de la propia Xunta de Galicia que le encargó diseñar y confeccionar las batas del personal sanitario.

Corrían otros tiempos, en los que, a la confección de ropa de trabajo, se sumó la lencería e incluso prendas de vestir. Su buen hacer le reportó en el año 2007 el Premio Excelencia Empresarial, en la categoría de proyecto innovador, que concede la Confederación de Empresarios de Ourense (CEO) a empresas gallegas y del norte de Portugal.

Pero la situación cambió desde hace dos años a causa de la situación de crisis, hasta el punto de que los que se encargaron de su puesta en funcionamiento hoy no quieran hablar abiertamente del proyecto. En el propio Obispado reconocen que la empresa está en fase de liquidación por falta de pedidos.

El actual responsable de Cáritas, José Ángel Feijóo Mirón, aseguraba ayer que la cooperativa pasó a depender hace unos años de la Fundación Santa María Nai 'y ahora mismo desconocemos cuál es la situación', afirmó.

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