La falta de profesionales tensiona a las empresas de Ourense y al mercado laboral

“Nos estamos quedando sin mano de obra”. Con esta frase un empresario resumía el sentir general de muchos sectores: no hay profesionales, las empresas no crecen (incluso pueden entrar en crisis), los costes se disparan y el desempleo no se reduce. “Nos preocupa mucho la falta de trabajadores en la construcción, llamada a ser por los expertos uno de los principales motores de la recuperación, y que no sea capaz de coger velocidad por la escasez de profesionales”, dice la Asociación de Constructores Ourensanos (ACO). El pasado mes de junio el sector incorporó a 260 trabajadores en la provincia, el 3,6% de los contratados en todos los sectores el pasado mes. La asociación que preside Santiago Ferreiro incide en que “tenemos un sector envejecido que necesita recambio generacional, necesitamos encargados y oficiales de todo tipo”, justamente cuando el paro sigue a la baja “y en mínimos históricos”, con poco más de 1.300 desempleados en la actualidad y una reducción interanual del 18,4%. “Estamos convencidos de que el sector puede ser una salida de futuro para muchos jóvenes y que estamos en disposición de crear puestos de trabajo y ser receptores de trabajadores procedentes de otros ámbitos”, agregan, pero de poco sirve. Antonio Villaverde, que gestiona una empresa de Recursos Humanos en Ourense asume que “es complejo encontrar gente formada y con habilidades en profesiones llamadas de toda la vida como carpinteros, fontaneros y otras similares”. Y es que “una sociedad no puede pensar que todos tienen que ser graduados y master”, sostiene. Un informe citado por la Confederación Empresarial de Ourense (CEO) alude a “un desajuste entre oferta y demanda, con un 9% de perfiles que quedan sin cubrir y que en algunas regiones pueden superar el 50%”. La entidad insiste en que se debe ajustar la formación, sea profesional o universitaria, “a las necesidades y demandas de las empresas, porque el mercado laboral, los sistemas productivos y las ocupaciones van cambiando, y últimamente lo hacen todavía a una velocidad mayor, lo hemos comprobado a raíz de la pandemia”. Un vistazo a la contratación demuestra hasta qué punto solo unas cuantas profesiones son las que tienen salida. En junio se contrataron a 7.175 personas, de los que 5.616 eran del sector servicios. De ellos, 1.360 fueron para hostelería. La realidad demuestra que los jóvenes huyen de determinados puestos, entre ellos la construcción o parte de la industria. La CEO ve “paradójico que, a pesar de la elevada tasa de paro, determinadas ofertas de empleo quedan sin cubrir por falta de perfiles cualificados o adecuados”. Por lo que se refiere a la formación académica, el mercado laboral ourensano no es excesivamente exigente. De los 7.175 contratados en junio, 4.086 tenían estudios secundarios; 1.787, primarios; 1.210 eran universitarios y 75 no tenían estudios. David Martínez, presidente de los empresarios y profesionales autónomos dice que “algo va mal cuando el paro juvenil es de los mayores de Europa, falla la formación intermedia y hay que buscar empleados en otros países” Las empresas de construcción quieren, aunque les resulte bastante difícil, incorporar a jóvenes “mediante el contrato de formación en alternancia con el empleo”. Así creen que “el sector puede ser una salida de futuro para muchos jóvenes”. Camarero o peón: una garantía para el contrato En cuanto a las ocupaciones con tendencia positiva en la contratación en la provincia, los datos oficiales demuestran que ser camarero o peón en la industria manufacturera es un pasaporte al empleo. El Ministerio de Trabajo certifica que en mayo en Ourense se contrataron 619 camareros, lo que supone un 41,3% sobre el mes de abril y un 867% sobre el mismo mes del año pasado, aunque la comparación está distorsionada por el cierre del sector el año pasado. El grupo más numeroso ha sido el de peones de industrias manufactureras, con 643 nuevos trabajadores incorporados, un 14,2% más que el mes anterior. Por colectivos, los datos reiteran perfiles ya conocidos. Por ejemplo, en Ourense las mujeres son reclamadas para vendedoras de tiendas y almacenes (264 contratos), personal de limpieza (37) y cuidadoras (151). Los jóvenes menores de 30 años son requeridos para trabajar de camarero (292) y peones de la industria (236 contratos). Los extranjeros se refugian en los diferentes oficios de la hostelería (116 camareros), empleados domésticos (59) y personal de limpieza (75 contratados).